La cultura independiente en La Plata

La pandemia y la crisis económica no han impedido que la cultura platense siga viva y manifestándose en todos los planos. Martín Zúccaro es uno de los compiladores de los numerosos textos que integran Cultura independiente La Plata. Emergencias y divergencias en la ciudad imaginada, que nos permite ver en conjunto la extraordinaria movida cultural llevada adelante en nuestra región.

—¿Cuál es el propósito principal del libro?

—El libro se propone como un mapa de experiencias y proyectos culturales de gestión independiente en La Plata, de los últimos diez años. Hay conversatorios y artículos que profundizan en las diversas escenas y campos artísticos y culturales de nuestra ciudad. Cuando comenzamos a compilarlo, nos encontramos con mucha gente que viene investigando, analizando y escribiendo sobre esto, desde distintos ámbitos, y el libro es un aporte más a la difusión de esa labor. También es una forma de proponer una pausa en el trabajo cotidiano e incesante para reflexionar, registrar y sistematizar lo que está ocurriendo.

—¿Cuáles son los rasgos identitarios más fuertes de la cultura independiente de nuestra ciudad?

—El asociativismo, la autogestión y la afectividad podríamos decir que son rasgos que se reiteran en distintos ámbitos de la cultura independiente. Si bien este sector está caracterizado por la ­diversidad de expresiones y experiencias, en la mayoría de los casos se trata de grupos o colectivos artísticos que promueven otra distribución de lo sensible con respecto a la lógica del mercado, que sostienen sus prácticas autogestivas a través de los vínculos que construyen entre sí y con la ­comunidad que participa de las actividades.

—¿A qué creés que se debe que la pandemia haya actuado acelerando procesos organizativos del sector cultural en nuestra ciudad?

—Sin dudas, en momentos de crisis, la búsqueda por la supervivencia promueve y potencia la solidaridad, el trabajo mancomunado. En este sentido, las redes estaban creadas o gestándose cuando llegó la pandemia, lo que hizo esta fue acelerar los procesos que ya venían dándose. Al mismo tiempo, el trabajo en el entorno virtual y el cambio total en la configuración de la vida cotidiana de todos facilitó encuentros y reflexión colectiva durante el ASPO.

—¿En qué áreas impactó más fuertemente la pandemia?

—La pandemia impactó principalmente en la dimensión económica y social de los proyectos culturales, ya que, al estar impedidos de realizar las actividades habituales, que eran mayormente presenciales, se redujo ampliamente la generación de ingresos. Por otro lado, también se modificaron los vínculos con la comunidad de cada proyecto. En algunos casos, reconvirtiéndose en una experiencia nueva entre productores participantes.

—Hablanos sobre la proliferación de festivales de cine en La Plata.

—Durante el proceso de compilación del libro, nos pareció importante subrayar que existen en La Plata y Ensenada al menos seis festivales de cine de gestión independiente. Este es un dato significativo porque nos habla de un sector muy fuerte a nivel local y que abraza la diversidad e identidades a través de la creación de circuitos cinéfilos de programación muy diversa. Quisimos entonces dar lugar a todas esas voces en uno de los conversatorios que desarrollamos para el libro, y nos parecía que este formato era el más interesante para hacerlo.

Las editoriales platenses

A propósito de la situación actual de las editoriales platenses, Zúccaro señaló: “Podría decirse que sí, que hubo un auge de las editoriales platenses en los últimos diez años. La feria de editoriales independientes de La Plata –Edita– es un poco una expresión de ese clúster. Lo más interesante no es solo el volumen, sino la diversidad y calidad de expresiones editoriales y gráficas (aquí también cabe destacar a Tranza, feria gráfica) que surgen de editoras independientes y/o artesanales, que visibilizan nuevos artistas y amplían los márgenes de la bibliósfera.