Si bien muchos vieron limitadas las posibilidades
por la pandemia,
el problema de la falta
de acceso al trabajo
ya lleva varios años.
Con la crisis económica de los últimos años, junto a la pandemia que azotó al país, a muchos jóvenes se les dificulta encontrar un trabajo que les permita desarrollarse o, al menos, comenzar a llenar las hojas en blanco del CV.
En diálogo con diario Hoy, jóvenes de La Plata relataron sus experiencias en el arduo camino de la inserción laboral. En varios casos, los bares representaron un salvavidas, pero este año sus puertas estuvieron cerradas varios meses.
“Tuve una entrevista laboral en marzo, parecía que todo iba bien y me iban a contratar como moza, pero con la llegada de la cuarentena todo quedó en la nada y en estos meses no pude encontrar ningún trabajo”, dijo Verónica Linares, de 20 años.
El problema para muchos entre los 18 y 25 años son los horarios, ya que se les hace complejo encontrar un trabajo que además les deje tiempo para estudiar. Por eso, cuando encuentran uno, varios priorizan dejar en pausa la carrera.
“Antes de la cuarentena encontré trabajo en un local de ropa de Los Hornos, por los horarios de la Facultad se me iba a complicar pero no me quedó opción. Cuando las cursadas pasaron a ser virtuales me pude acomodar porque el local estuvo un tiempo cerrado, pero fue la única manera”, expresó Martina, que estudia para ser contadora.
En el caso de quienes se recibieron y alcanzaron un título, también suele ser complejo. Ese es el caso de Daiana Martres, quien trabaja como instrumentadora quirúrgica. “Me recibí a los 23 y en La Plata solo pude conseguir trabajo durante 1 año en una clínica privada. Como no había posibilidades, hice 5 años ad honorem en un hospital público pero nunca elevaron mi expediente. Ahora estoy en CABA con más chances, me tuve que mudar para poder trabajar”, relató la joven.
La salida laboral después del secundario suele ser difícil para los más jóvenes y algunos apuntan a cursos de oficios para poder tener una expectativa. “Hice un curso de carpintería en un centro de formación de Berisso pero hasta que encontré un trabajo en un taller pasó como un año, me veían muy chico y no me querían tomar por falta de experiencia”, marcó Matías, de 21 años.