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La reconstrucción pospandemia

Ricardo Forster, doctor en filosofía y asesor presidencial, nos ayuda a pensar el después de estos tiempos atípicos.

Por esas paradojas que de vez en cuando también se producen en el interior de la vida histórica, el mismo instrumento tan vilipendiado por la retórica neoliberal, el Estado, se ha convertido en el centro de cualquier posible solución al crecimiento de la pandemia. Antes se exigía menos Estado; ahora se le pide que se haga cargo de la salud y que lo haga de manera integral”, así comienza Ricardo Forster sus reflexiones so­bre estos tiempos de pandemia.

Cuestionando el canon neoliberal, agrega : “En una sociedad donde se privilegia lo individual resulta contradictorio sostener sistemas de salud que se dirijan a lo común y colectivo. En una ideología que re­salta el mérito y la toma de riesgo propia del individuo que se lanza a la aventura de realizarse a sí mismo, la salud pública es una piedra en el zapato, porque premia al que carece de méritos o al que no ha hecho nada para alcanzar el éxito”.

“La sociedad no existe, solo existe el individuo”, sostuvo Margaret Thatcher, sintetizando la idea de un mundo de individuos compitiendo entre sí, luchando a brazo partido por ser integrados al pelotón de los triunfadores.

Neoliberalismo: un mundo sin lugar para los débiles

“Es difícil imaginar que la recomposición de una salud pública que atienda las necesidades del conjunto de la sociedad, y lo haga sin perseguir ganancia alguna, no choque de frente contra todo el andamiaje forjado durante cuatro décadas por el neoliberalismo. Algo no va más. Y en ese no ir más se plantean las preguntas respecto del “día después”, ese momento en el que supuestamente habremos dejado atrás al virus sin por eso haber superado las causas que favorecieron su expansión planetaria”, afirma.

Forster ve en el neoliberalismo un enemigo de la reconstrucción de un Estado social. De ahí que resulte difícil descifrar el camino que se abrirá después de la pandemia.

“Ese catecismo que impregnó el sentido común en las últimas cuatro décadas se ha convertido en letra muerta. Ya nadie busca imponerlo, aunque sigan persistiendo los nostálgicos de la libertad absoluta, de la meritocracia y del sálvese quien pueda. Las certezas y las creencias dominantes han saltado en mil pedazos”, asegura Forster.

Ante la pregunta ¿qué tipo de Estado y para qué? Forster reflexiona: “¿Alguien puede pensar que la rueda de la fortuna del capitalismo especulativo volverá a echarse a rodar sin que nada la detenga? Algo conmovedor nos está aconteciendo hasta el punto, eso esperamos, de abrirnos hacia otras dimensiones de la vida social sabiendo, como crudamente se va mostrando en medio de la pandemia, que siempre los más débiles son los que más expuestos están, los que más sufren y los que menos reciben”.

Acerca de si hay, o no, un antes y un después de la pandemia, el autor afirma: “Álvaro García Linera señaló que, el día después ya no nos encontrará regresando al modelo estatal puesto a disposición de la circulación libre de los capitales especulativos. Esto no significa regresar a idénticas formas de Estado de bienestar o desarrollista de décadas atrás. Pero, sin Estado social preocupado por el cuidado de las condiciones de vida de las poblaciones seguiremos condenados a repetir estos descalabros globales”.

“¿Qué duda cabe que uno de los objetivos principales de los poderes reales es no solamente sostener su hegemonía , sino, a su vez, ampliar los mecanismos de dominación a partir de los instrumentos informacionales y digitales?. Lo cierto es que el día después contiene diversas posibilidades y abre interrogantes muy difíciles de anticipar sin caer en miradas pesimistas o, al contrario, en cierta perspectiva ingenua que supone que estamos ante una extraordinaria oportunidad para cambiar radicalmente formas de vida y de organización, mientras pier­de de vista la capacidad del sistema para adaptarse y sobrevivir”, así responde Forster ante la pregunta por la reconstrucción del funcionamiento del Estado.

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