Reclamo
Cuando se le teme a la lluvia de noviembre
Emma Aymeta se cortó la mano limpiando una de las ventanas de su casa, que se inunda cada vez que hay precipitaciones. Además, rebalsan las cloacas.
Emma Nélida Aymeta vive sola en su casa de la calle 135 y 72, a menos de 100 metros de los ingresos laterales del Cementerio de La Plata.
Su casa es una de las más bajas de la cuadra, y cada vez que llueve queda cercada por el agua. Le resulta imposible salir, ya que de hacerlo necesitaría una embarcación mediana.
Desde hace siete años viene sufriendo inconvenientes con los desagües de la calle 135, que van desde 72 hasta 68. Además, asegura que le han puesto una tapa en el ingreso de su vivienda que, lejos de solucionar el problema, lo ha empeorado.
El diario Hoy visitó a esta jubilada platense que se acostumbró a tenerle miedo al clima y padece sus inclemencias cada vez que se anuncian precipitaciones, como en esta semana.
“Estuve con el agua hasta la mitad de la pierna hasta las cinco de la mañana. Cada vez que llueve llega una corriente de agua enorme desde la zona del Cementerio. Yo vivo en la casa más baja del barrio y se me mete el agua por todos lados”, comentó.
“Además, se rebalsan los pozos y sale el excremento por el inodoro y todos lados. Tengo una hija con escoliosis y me corté limpiando una de las ventanas que se me inundó. Estoy cansada de que nadie me haga caso”, reveló ante este matutino.
“Caroleo (la empresa que hace la obra de mantenimiento de las calles) me tuvo tres meses para cambiarme una tapa que encima pusieron en el frente de mi casa. Y cada vez que llueve se desborda todo por ahí, y desde la vereda entra el agua por el frente”, dijo.
“Estoy muy afligida porque se anuncia que mañana va a llover otra vez y me va a entrar el agua. Tengo todos los muebles arruinados. Quiero preguntarles a todos: ¿quién me los paga?”, comentó indignada en la puerta de su hogar.
“Pido por favor que alguien venga a solucionar el problema de los desagües en Los Hornos, acá cerca del Cementerio, a una cuadra, porque no podemos seguir viviendo así. Soy una persona de 77 años, y estoy muy angustiada porque sufro cada vez que llueve”, concluyó.