Se suelen parar a un costado de la autopista y estacionar los autos
en orillas que se fueron formando. Un paisaje entre mosquitos y atardeceres de otoño a las cinco de la tarde en la región.
Cada vez son más los aficionados de la pesca que se acercan a las orillas que se fueron formando en la laguna del Aeroclub, que se extendió incluso hasta uno de los laterales de la Autopista Buenos Aires-La Plata.
Esta situación despertó tantos comentarios como preocupación, ya que la acumulación de autos a menos de tres cuadras de la subida de la autopista puede resultar muy peligrosa para los que vienen circulando a una velocidad elevada y no tienen previsto ni pensado que algunas personas frenen de golpe para inclinarse hacia el sector del agua.
Además, en las últimas dos semanas se volvió a notar la presencia de los mosquitos, por lo que los visitantes suelen concurrir con repelentes, pero aún quedan expuestos a contagiarse de dengue.
En esta parte de la laguna, además, se han visto personas bajar con kayaks para realizar actividades recreativas por el mismo lugar, aunque asumiendo los riesgos de estar lejos de cualquier tipo de seguridad o puesto de guardia costera.
Si bien en el sector de la laguna que está más pegado al diagonal 74 suele haber mucho más movimiento de personas y está muy cerca un puesto de la Policía, lo cual genera una sensación de mayor seguridad, este espacio no fue habilitado para nadar, andar en embarcaciones de ningún tipo, pero nada indica que no se puede pescar.
Los atardeceres de otoño con el sol cayendo después de las cinco de la tarde, se han convertido en un paisaje muy buscado y cercano al casco urbano para muchos vecinos que los sábados o los domingos se inclinan por visitar esta zona.
Una de las principales complicaciones para los que concurren en auto es el retorno hacia La Plata: hasta Villa Elisa no se puede pegar la vuelta, por lo que visitar este espacio más cerca de la autopista y volver a la ciudad constituye un viaje más largo para pegar la vuelta que para llegar al destino que se busca.
En ocasiones, además, suelen verse avionetas pasar por el cielo, lo cual también se convierte en uno de los atractivos que tiene el lugar, donde también es posible escuchar el canto de los pájaros, pero ha quedado muy expuesto a la invasión de mosquitos por su natural vegetación.