Las aves migratorias nocturnas tienen un mayor riesgo de chocar con edificios iluminados con altos niveles de luz azul durante la noche. Se utilizaron modelos de nichos ecológicos.
Las aves migratorias nocturnas tienen un mayor riesgo de chocar con edificios iluminados con altos niveles de luz azul durante la noche, un factor que no se había estudiado exhaustivamente antes. Este hallazgo fue publicado en la revista Conservation Biology, y lo dirigieron los científicos de la UNM (Universidad de Nuevo México), David Tan y Nicholas Freymueller.
El fenómeno es global, pero existen lagunas importantes en nuestra comprensión de las colisiones entre aves y estructuras. En América del Norte, donde se realizaron la gran mayoría de los estudios, se estima que entre 365 y 988 millones de aves mueren cada año por choques contra edificios.
La mayoría de los estudios sobre colisiones entre aves y edificios se basaron en investigaciones realizadas en un pequeño grupo de edificios, generalmente en centros urbanos o campus universitarios. Estos estudios sugieren que las colisiones entre aves y edificios están relacionadas con la forma en que se diseñan los edificios.
David Tan y Nicholas Freymueller- recopilaron observaciones científicas comunitarias de aves muertas en toda la isla de Singapur, una ciudad-estado densamente poblada que es un poco más pequeña que la ciudad de Nueva York (734,3 kilómetros cuadrados), con más de 100.000 edificios en toda la isla.
Con estas observaciones, utilizaron modelos de nichos ecológicos (un método normalmente utilizado para estimar dónde viven los animales) para predecir dónde era más probable que las aves murieran por colisiones entre edificios, reconstruyendo el “nicho de muerte” de las aves de la ciudad.
Junto con colaboradores de la Universidad Nacional de Singapur (Singapur) y la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur), los investigadores compilaron casi 225 registros confirmados de colisiones entre aves en construcción entre 2013 y 2020, incluidas especies migratorias y residentes. Además, descubrieron varios hallazgos notables, entre ellos que los pittas representaron la mayoría de las colisiones de aves migratorias, mientras que las mortalidades por colisión fueron dominadas por las palomas para las especies residentes.
Con base en estos hallazgos, los científicos pudieron identificar varios desarrollos residenciales e industriales futuros en Singapur que probablemente experimentarían altas tasas de colisiones, principalmente debido a su proximidad a áreas boscosas y los altos niveles de contaminación lumínica azul emitida por las luces LED.