La NASA y un doble experimento de “defensa planetaria”
La agencia espacial intentará desviar un asteroide como ensayo para proteger a la humanidad, en caso de que un día una gran roca sea una amenaza para la Tierra.
La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) lanzó una misión para estrellar deliberadamente una nave espacial contra un asteroide, un ensayo de defensa ante la posibilidad de que la humanidad necesite un día impedir que una roca espacial gigante acabe con la vida en la Tierra.
El DART (Double Asteroid Redirection Test) despegó ayer a bordo de un cohete SpaceX desde la base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, según informó la agencia de noticias AFP.
La nave de DART, que alcanzará su blanco situado a 11 millones de kilómetros de la Tierra dentro de diez meses, tiene en realidad un objetivo doble: por un lado, el gran asteroide Didymos, de 780 metros de diámetro, es decir dos veces la altura de la torre Eiffel; por otro, su luna Dimorphos, de 160 metros de diámetro y más alta que la Estatua de la Libertad.
Es en esta luna donde se posará la nave, unas cien veces más pequeña que ella, proyectada a una velocidad de 24.000 km/h. El impacto arrojará toneladas y toneladas de material, pero “no va a destruir el asteroide, solo le dará una pequeña sacudida”, según dijo Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que dirige la misión en colaboración con la NASA.
El impacto debería producirse en el otoño boreal de 2022 contra Dimorphos, una luna de unos 160 metros de ancho que será interceptada cuando el par de rocas se encuentren a 11 millones de kilómetros de la Tierra.
“Asteroide Dimorphos, ¡vamos a por ti!”, tuiteó la NASA después del lanzamiento, y más tarde indicó que el DART se había separado con éxito de la segunda parte del cohete.
Cómo sería desviar un asteroide
“Lo que estamos tratando de aprender es cómo desviar una amenaza”, dijo el principal científico de la NASA, Thomas Zuburchen, en una teleconferencia con la prensa sobre el proyecto de 330 millones de dólares y el primero de este tipo.
Hay muchos factores que entran en juego a la hora de desviar un asteroide, por ejemplo, el ángulo de impacto, el aspecto de la superficie del asteroide, su composición y su masa exacta, todos ellos desconocidos por los expertos por el momento.
Sin embargo, tienen esperanza: “Si un día se descubre un asteroide en curso de colisión con la Tierra, tendremos una idea de la fuerza que necesitaremos para que ese asteroide no toque el planeta”, explicó Andy Cheng, de la Universidad Johns Hopkins.
También viajará un pequeño satélite. Se desacoplará de la nave principal diez días antes del impacto y utilizará su sistema de propulsión para desviar ligeramente su propia trayectoria. Tres minutos después de la colisión, sobrevolará Dimorphos, para observar el efecto del impacto, y posiblemente el cráter en la superficie.
Para dejarlo en claro: los asteroides no suponen ninguna amenaza para nuestro planeta. Pero pertenecen a una clase de cuerpos conocidos como Objetos Cercanos a la Tierra (NEOS). Estos son asteroides y cometas que se acercan a menos de 50 millones de kilómetros de nuestro planeta.