Se trata de un proyecto de ordenanza presentado por diferentes ONG locales. El objetivo es erradicar estos materiales de forma progresiva, ofreciendo alternativas sustentables. A su vez, el documento también menciona la importancia de trabajar en la parte educativa.
La problemática de los plásticos de un solo uso se convirtió en el último tiempo en una de las máximas preocupaciones de los ambientalistas, y la misma fue ganando cada vez mayor espacio en la agenda pública. En la ciudad, se presentó en el Concejo Deliberante, en diciembre del año pasado, un proyecto de ordenanza que aún no fue tratado, llamado “La Plata no descarta”. De esta iniciativa forman parte las ONG ambientalistas Nuevo Ambiente, Eco House La Plata, Jóvenes Por El Clima, Huerta El Laurel, Acción Ambiental, CPA, La ReEvolución del Plástico y Ecobotellas La Plata y Argentina No Descarta.
“La idea de la campaña nace una vez que se conformó el Consejo Ambiental Platense el año pasado con el presidente de la comisión de Ambiente en su momento, Gastón Crespo. Mediante una convocatoria con ONG locales, decidimos empezar a trabajar en algunas problemáticas locales en la materia, y así comenzamos con la regulación del plástico de un solo uso”, le remarcó a diario Hoy Silvina Romero, integrante de la ONG Eco House La Plata.
El objetivo del proyecto de ordenanza es la regulación y/o eliminación de plásticos de un solo uso en La Plata. La idea es que progresivamente se dejen de ofrecer bolsas, revolvedores, sorbetes y cubiertos que sean plásticos de un solo uso. Así, buscan ofrecer alternativas sustentables. “Explicamos con fundamentos la importancia del cambio, también como consumidores. Parte del proyecto habla de trabajar en la parte educativa, creemos que es necesario que el consumidor deje de exigirlos o pedirlos. Es desacostumbrarse a un hábito. Buscamos promover todos usos y hábitos sustentables”, agregó la integrante de la Mesa de trabajo “No somos descartables” de la UNLP.
Por último, la estudiante de Biología en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo se refirió a la consecuencias que la no acción trae: “Es una práctica no sostenible. Utilizamos en unos segundos ese plástico, lo descartamos pero tarda muchísimo tiempo en degradarse y nunca lo hace del todo, sino que se va descomponiendo en pequeñas partículas que luego contaminan el ambiente de distintas maneras. Generalmente todos los plásticos descartados terminan en el mar. Un estudio reveló hace poco que hay microplásticos en sangre humana, es decir, estamos comiendo plástico. Necesitamos tomar conciencia de la importancia que tienen nuestras acciones con respecto a los residuos. Empezamos por esto porque es lo más urgente y dentro de todo no es tan difícil de combatirlo”.