cultura

La primera poeta

Anne Bradstreet publicó un solo libro en vida, y le bastó para ser considerada la primera poeta estadounidense en lengua inglesa.

Interés General

29/04/2024 - 00:00hs

Es considerada la primera poeta en lengua inglesa del “Nuevo Mundo”. Bajo la feroz influencia del escritor francés Guillaume Du Bartas, la religión ocupó un lugar destacado en su inspiración, pero expresó sentimientos más prosaicos, especialmente los de una madre, y evocaba los paisajes de una región sin colonizar. Nació como Anne Dudley en 1612 en Northampton­shire, Inglaterra. Se casó con Simon Bradstreet, un graduado de la Universidad de Cambridge, a la edad de dieciséis años. Dos años más tarde, Bradstreet, junto con su esposo y sus padres, emigró a las colonias americanas con el grupo puritano Winthrop y la familia se instaló en Ipswich, Massachusetts. Allí, Bradstreet y su esposo criaron ocho hijos y ella se convirtió en una de las primeras poetas en escribir versos en inglés en las colonias americanas. Fue durante esta época que Bradstreet escribió muchos de los poemas que su cuñado llevaría a Inglaterra, supuestamente sin su conocimiento, y los publicaría en 1650 con el título La décima musa, últimamente surgida en América.

Si bien no concurrió a la escuela, recibió una esmerada educación familiar, ya que sus padres mantenían la tradición isabelina de dar a todos los hijos -varones y mujeres- la más completa de las formaciones. Desde temprana edad demostró su interés por la literatura a través de una biblioteca personal compuesta por alrededor de ochocientos libros- muchos de los cuales terminaron destruidos a causa de un incendio que se produjo en su hogar- y dio muestras de su afición al mundo de las letras mediante la escritura, una actividad que le permitió expresarse y opinar sobre política, medicina, historia y teología.

Sus primeros trabajos, imitativos y convencionales tanto en forma como en contenido, fueron en gran medida corrientes y durante mucho tiempo su poesía fue considerada principalmente de interés histórico. La décima musa fue la única colección de poesía de Bradstreet que apareció durante su vida. En 1644, la familia se mudó a Andover, Massachusetts, donde Bradstreet vivió hasta su muerte en 1672. En 1678, la primera edición estadounidense de La décima musa se publicó póstumamente y se amplió como Varios poemas compilados con gran ingenio y conocimiento. La obra más respetada de Bradstreet, una secuencia de poemas religiosos titulada Contemplations, no se publicó hasta mediados del siglo XIX.

Anne fue una de las muchas hijas, esposas y madres que dejaron la comodidad de su tierra natal para adentrarse en la aventura de lo desconocido y que merecen nuestra atención tanto o más que sus homólogos masculinos. Anne Bradstreet, desde el punto de vista histórico, fue una de las pioneras en su traslado al continente americano; y desde una perspectiva literaria, sus escritos -que consiguió esforzadamente escribir al mismo tiempo que se ocupaba de su esposo y sus ocho hijos-, además de ilustrar la “otra cara” de esta experiencia, tradicionalmente contada en masculino, constituyeron el primer volumen de poemas creados por residentes americanos.

De la misma forma en que cada vez resultó más evidente admitir que para recuperar una visión auténtica de la identidad americana había que contar con sus orígenes más remotos, también se debían considerar los testimonios de las voces femeninas de las mujeres que, a pesar de las muchas dificultades que encontraron en América, no sólo lograron sobrevivir como sus homólogos masculinos, sino que plasmaron sus duras vivencias en sus escritos, algunos de los cuales, incluso, consiguieron que se publicaran o preservaran hasta nuestros días. Así pusieron en práctica lo que muchos años después Hélène Cixous recomendaría a las mujeres: “La mujer debe escribir su ser: debe escribir sobre mujeres y hacer que las mujeres escriban, algo de lo que se les ha apartado tan violentamente como de sus cuerpos -por las mismas razones, por la misma ley, con el mismo objetivo fatal. La mujer debe ponerse en el texto -así como en el mundo y en la historia- por su propia iniciativa”. Anne murió el 16 de septiembre de 1672 en Massachusetts, víctima de tuberculosis.

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