Ciencia
¿Por qué se producen tormentas con granizo en verano?
El aire caliente es menos denso y pesa menos, por lo que se ve forzado a ascender. Ese vapor empieza condensarse alrededor de núcleos y se forman gotitas.
Además de calor hay otros elementos necesarios como inestabilidad, humedad y aire más frío en las capas más altas. Como toda receta, estos ingredientes pueden mezclarse de forma diferente y dar lugar a distintos tipos de tormentas. No existen dos iguales y cada una tendrá sus propias características.
Cuando en un día de verano se calienta la superficie terrestre, también lo hace el aire que se encuentra junto a ella. Este aire caliente es menos denso y pesa menos, por lo que se ve forzado a ascender. A medida que asciende, si en las capas superiores se encuentra con aire aún más frío del habitual, el vapor de agua presente en la masa de aire se condensa y comienza a formar las nubes. Este vapor de agua puede condensarse alrededor de núcleos de condensación (polvo, polen, partículas en suspensión, etc.) y empezar a formar las gotitas de agua que darán lugar a la precipitación.
Pero además estas nubes suelen tener mucho desarrollo vertical y alcanzar grandes alturas, en ocasiones hasta la tropopausa (10-12 km en nuestra latitud). Tan enormes son, que muchos aviones tienes que sortearlas porque no pueden atravesarlas ni pasar por encima. Con tal dimensión, es habitual que en su interior se generen corrientes ascendentes y descendentes. Estas corrientes arrastran las gotitas de agua que hay en la parte inferior hacia la superior de modo que a grandes alturas comienzan a congelarse. Cuando vuelven a bajar arrastran las gotitas de agua, que vuelven a ascender congelándose, formando así la piedra de granizo.
Precisamente estos ascensos y descensos dentro de la nube van a generar la piedra de granizo. Si tomamos una de estas piedras y la cortamos por la mitad podremos ver varias capas como en una cebolla. Cada una de esas capas nos indica uno de los movimientos ascendentes y descendentes dentro de la tormenta. ¡Es toda una “autopsia” meteorológica!