Un estudio liderado por investigadores del Instituto de Ciencia Planetaria, en Estados Unidos, arroja luz sobre los secretos de una de las megaestructuras más jóvenes del Sistema Solar.
Una investigación liderada por especialistas del Instituto de Ciencia Planetaria (PSI, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, logró explicar el origen del sistema de cañones de hielo en espiral que se encuentran en el polo norte de Marte.
De acuerdo al trabajo publicado en la revista Scientific Reports, estas depresiones de hielo fueron erosionadas en un volumen 10 veces superior al del Gran Cañón del Colorado, lo que las convierte en una de las megaestructuras geológicas más jóvenes y grandes del Sistema Solar.
“La emergencia del patrón espiral fue debido a intersecciones de los cañones, según crecían, sobre la geometría en forma de domo del casquete polar”, asegura José Alexis Palmero Rodríguez, líder del estudio del PSI.
Según explica la publicación realizada en conjunto con especialistas de las universidades de Arizona y Purdue (también en Estados Unidos) y la Autónoma de Barcelona, la enorme cantidad de hielo habría sido transportada por los vientos hasta las latitudes medias del Planeta Rojo.
“Nuestra investigación sugiere que los cañones se formaron por pérdidas de hielo por la acción de los vientos catabáticos, aquellos que descienden desde alturas elevadas, y que expusieron hielos antiguos en la superficie polar”, explica Ali Bramson, de la Universidad de Purdue.
De acuerdo a los investigadores, estos cañones podrían haber aparecido hace algunos millones de años, durante períodos en los que Marte mantenía condiciones de congelamiento constantes.
“Esto hace que este hielo no sea candidato a albergar posibles indicios de vida. Pero por el mismo motivo sí puede ser considerado como un posible recurso de agua ‘pura’, a disposición de futuras misiones de colonización a Marte. Teniendo en cuenta que se estima una masa de hielo equivalente al doble del volumen del Mar Báltico, la disponibilidad de dicho recurso podría estar garantizada durante largo tiempo en el planeta”, agrega el investigador Mario Zarroca, del Departamento de Geología de la Universidad Autónoma de Barcelona.