Ciencia

Nuevas evidencias de Theia, el planeta que chocó con la Tierra y formó la Luna

Una serie de pruebas reveladas por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, en Estados Unidos, sugiere que los restos del antiguo cuerpo celeste yacen en lo más profundo del planeta.

A lo largo de la historia, diversas teorías han tratado de establecer el origen de la Luna que orbita alrededor de nuestro planeta. A 4.500 millones de años de su formación, la hipótesis que mejor explica la creación del satélite natural está basada en un impacto gigante entre la Tierra y un planeta primitivo, denominado Theia.

De acuerdo a esta teoría, la colisión produjo grandes cantidades de calor, favoreciendo la creación de océanos de magma, y terminó expulsando una gran cantidad de materia que quedó orbitando alrededor del planeta. Con el tiempo, estas estructuras comenzaron a unirse hasta formar el quinto satélite natural más grande del sistema solar.

Ahora, una serie de pruebas reveladas por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, en Estados Unidos, sugiere que algunos de los restos del antiguo cuerpo celeste yacen en lo más profundo del planeta.

La teoría de los científicos está basada en dos capas de roca gigantes que se encuentran debajo de África Occidental y el océano Pacífico. A raíz de un análisis sismológico, los especialistas lograron determinar que las ondas sísmicas de los terremotos se ralentizan de manera repentina al atravesar estas capas, lo que indica que son mucho más densas y químicamente diferentes que el resto de las rocas del manto terrestre.

Durante la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria, Qian Yuan, estudiante de sismología en la Universidad Estatal de Arizona y primer autor del estudio, explicó: “Demostramos que el manto de Theia puede ser intrínsecamente varios por ciento más denso que el manto de la Tierra, lo que permite que los materiales del manto de este mundo alienígena se hundan hasta el manto más bajo de nuestro planeta y se acumulen en pilas termoquímicas”.

Por su parte, el sismólogo de la institución norteamericana, Edward Garnero, asegura que la presentación de Yuan representa la primera evidencia para apoyar la teoría de Theia. “Creo que es completamente viable hasta que alguien diga lo contrario”, expresó.

La hipótesis del impacto se planteó por primera vez en una conferencia sobre satélites en 1974 para explicar la sequía lunar y la poca cantidad de hierro contenida en su núcleo. En un principio, la teoría señalaba que Theia tenía un tamaño similar al de Marte.

Años más tarde, algunos estudios llegaron a catalogarlo como un protoplaneta, es decir, un cuerpo celeste sumamente pequeño.

Ahora, un trabajo reciente coordinado por Stephen Desch, astrofísico de la Universidad de Arizona, señala que el planeta tenía un tamaño similar al de la Tierra.

Según informó la NASA, el impacto de Theia sobre la superficie terrestre generó una energía 100 millones de veces mayor que la disipada en el evento que, miles de años más tarde, provocó la extinción de los dinosaurios.

A raíz de esta poderosa colisión, los investigadores creen que el corazón del planeta podría haberse fusionado rápidamente con el núcleo de la Tierra.

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