Los humanos no podrán controlar una superinteligencia artificial
Según un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Max Planck, no será posible establecer reglas del tipo “no causar daño a los humanos”.
Diario Hoy dialogó con la Licenciada en Psicología, Agustina Luppi, sobre esta fuerte problemática.
18/11/2021 - 00:00hs
Una de las problemáticas más habituales en la sociedad y que se ha visto fuertemente atravesada por la pandemia es la depresión, que se refiere a un trastorno del estado de ánimo. Este término es definido por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Las personas sufren fuertes altibajos y además padecen el impedimento del desarrollo cotidiano de su vida. En diálogo con la Licenciada en Psicología, Agustina Luppi, diario Hoy analiza esta problemática.
Sobre lo que aborda al término, la especialista destaca que el mismo ha generado repercusión en el último tiempo: “Ha aumentado así el número de personas que llevan adherida esta etiqueta, produciéndose así un sobrediagnóstico. Al mismo tiempo, esta categoría se ha extendido dentro del imaginario social, apropiación que ha desembocado en una psicopatologización de la tristeza. Lo que quiero decir con esto es que todo afecto relacionado con la misma puede llevar la insignia de 'depresión´. Pero tenemos que estar advertidxs que como ya dijo Freud en 'El malestar en la cultura´, la felicidad se da por contrastes. Es imposible coexistir en un eterno estado de felicidad, por lo que transitar estados anímicos que nos generen malestar es totalmente propio de nuestra condición humana, hay que aprender a convivir con esta idea”.
En lo que respecta a cómo poder combatirla, Luppi destaca que el tratamiento psíquico es clave: “Actualmente, de la mano del sobrediagnóstico ha surgido una sobremedicalización. No todo tratamiento requiere medicación, y en caso de requerirla, resulta importante pensar abordajes que no sean exclusivamente farmacológicos. Ahí es donde un tratamiento psíquico resulta fundamental. Porque si solo acudimos al fármaco lo que hacemos en esta época, en la cual pretendemos que todos los problemas se solucionen de inmediato, es taparlo. La realidad es que con la medicación seguimos habitando con el problema como si tapásemos el Sol con la mano”.
Por otro lado argumenta que es vital el apoyo familiar en las personas que padecen depresión: “Los vínculos son redes generadoras de contención. Hace poco una colega que trabaja con jóvenes me contó que armó una caja con el fin de que en forma anónima lxs jóvenes respondan preguntas. Una de ellas me resultó particularmente interesante, decía: '¿A quién recurro cuando estoy triste?´. Esto nos permite pensar en la importancia de acudir a otrxs frente al malestar que estemos atravesando”.
Por último, la especialista hizo hincapié en cómo afectó la pandemia al estado anímico: “Más allá de la importancia como medida preventiva frente al Covid, el ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio) generó perturbaciones en el aparato psíquico tras la emergencia de ese agente externo el cual se presentó a escena de manera disruptiva. Retomo la idea de que cada unx lo transitó de manera personal. Hubo quienes tuvieron pérdidas que conllevaron (y al día de hoy en muchxs conllevan) a realizar trabajos de duelos de diversos tipos, como quienes perdieron a sus seres queridos, o tuvieron que suspender/cerrar determinados proyectos. Asimismo, aparecieron angustias como consecuencia del encierro y, por ende, de la suspensión del encuentro con otras personas. Con estas modificaciones producidas por el ASPO hubo que reacomodarse y buscar nuevas formas de despedida. La tecnología podría leerse como una gran aliada en estos tiempos, aunque nada reemplaza a lo que se produce cuando dos o más cuerpos se encuentran”.