La plataforma creada en China, pensada para competir con los gigantes Facebook e Instagram, sigue ganando usuarios. No obstante, el fanatismo desmedido de algunos de ellos derivó en situaciones de extrema gravedad. En Estados Unidos, un sujeto intentó asesinar a una niña tiktoker, cuyo padre terminó matándolo.
El nombre original de la aplicación es Douyin, que significa “sacudir la música” en chino. Justamente, se trata de una red social basada en compartir pequeños clips musicales. Sin embargo, fuera de China recibe el nombre de TikTok. En 2016 ya estaba en la calle y empezó a crecer a pasos agigantados. En la actualidad, TikTok permite crear, editar y subir videoselfies musicales de un minuto, pudiendo aplicarles varios efectos y añadirles un fondo musical u otras cosas. Los desarrolladores ya anunciaron que quizás en pocas semanas los videos puedan extenderse a tres minutos, pero lo más fuerte de todo es la cantidad de usuarios que tiene para su poco tiempo de vida: según su desarrollador, la empresa Byte Dance, llegan a los 2.000 millones.
No todo es “sacudir la música”
Luego de un tiempo lanzada, la plataforma comenzó a tener una serie de problemas con sus usuarios, que se convertían realmente en estrellas y hacían de su vida privada un reality show.
Algo así le ocurrió a la niña Ava Majury en Naples, Florida, Estados Unidos. Resulta que esta chica decidió bajarse la aplicación y comenzó a interactuar mucho con ella y con un seguidor en particular. Un año después, ese seguidor, llamado Eric Rohan Justin, de 18 años, llegó con una escopeta al hogar de los Majury y disparó contra la puerta principal; Rob Majury, padre de la niña y expolicía retirado, tomó su arma e hizo guardia hasta que el atacante volvió, y entonces Marjury lo mató.
Acá también puede pasar
Camila Marccesi es una mujer de 37 años que tiene dos hijos: un varón y una niña. Y claro, usa TikTok. Desde Diario Hoy nos comunicamos con ella para que nos cuente, brevemente, la situación que tuvo que vivir mientras estaba con uno de sus hijos: “Yo trabajo en una oficina céntrica de La Plata, y como hobby, soy bailarina. Cuando apareció TikTok lo empecé a usar y a subir coreografías, pero ninguna de contenido sexual. Nunca tuve muchos seguidores. Solo hablaba con un chico al que no conocía pero siempre había sido amable, entonces yo era igual. Un día no tuve con quien dejar a mi nena y la tuve que llevar al trabajo. Lo que me pasó me cuesta hasta grabarlo en el mensaje: este seguidor con el que hablaba vino a la salida de mi trabajo, que no sé cómo supo donde trabajaba ni a qué hora salía, con un ramo de flores a pedirme que me vaya a vivir con él. Yo me quedé atónita hasta que se acercó y me quiso abrazar. Ahí empecé a gritar y el tipo salió corriendo. La sensación y el miedo no me los voy a olvidar nunca más”.