Un emblema del barrio

Tolosa llora a Ángela “Pirula” Otonello, la maestra que se ganó el corazón de los vecinos

Esta entrañable docente que falleció a los 86 años le dio clases a gran parte de la comunidad tolosana. Por su vocación, de casi cuatro décadas, se convirtió en un emblema del barrio. Quieren inmortalizarla instalando una plaza frente a su casa que lleve su nombre 

Ayer, a sus 86 años, falleció a raíz de una insuficiencia cardíaca la maestra Ángela Nery “Pirula” Otonello, un emblema de Tolosa. Respetada y querida por su vocación de servicio y por haber brindado clases particulares durante casi 40 años de manera desinteresada, la comunidad tolosana lloró su partida. 

Para inmortalizarla, los vecinos pretenden que en el predio de calle 528 entre 2 y 2 bis, justo enfrente de su casa, se instale una plaza que lleve su nombre. Para que este anhelo pueda convertirse en realidad, los tolosanos están juntando firmas. 

“Ella se lo merece. Le ha dado mucho amor al barrio. Ella estaba en la vereda y saludaba a cada uno de los que pasaban. Se acordaba los nombres de todos, porque fue maestra de medio Tolosa”, recordó Pablo Pérez, vecino y alumno de “Pirula”.

Destacando la importancia de esta mujer que supo entregarse íntegramente al servicio de la docencia, Pérez recordó que “era como una madre para todos los chicos del barrio, era respetada tanto por los humildes como por los más adinerados. Si no tenías plata, ella igual te daba apoyo escolar con un cariño inconmensurable”, recordó Pérez. 

Cuando “Pirula” tenía once años, su padre, José Aníbal Otonello, trasladó su almacén de ramos generales a 117 y 528. Desde aquellas épocas, toda su vida vivió en el barrio. Tras casarse y luego del nacimiento de su primer hijo, pidió el pase a la Escuela nº 79, de calle 115 bis entre 530 y 531, para estar más cerca de su casa. Allí fue maestra de tercer y sexto grado hasta que se jubiló. Apasionada por la enseñanza, siguió dando clases de apoyo en su casa.

En una entrevista realizada hace unos meses atrás, “Pirula” pronunció una frase que la viste de cuerpo entero y que sirve para entender el amor que le tienen los tolosanos: “Me acuerdo de todos mis alumnos y no tuve preferencia por ninguno, todos fueron mis preferidos. Cuando me traían los regalos para el Día del Maestro, lo primero que hacía era romper las tarjetas delante de ellos para no saber de quién era cada uno. De esa forma no me enteraba quién había querido hacer un regalo y quién no había podido. Yo tenía el mismo cariño por todos”. 

“Pirula” será velada hoy, entre las 8 y las 12, en la casa de sepelios ubicada en calle 1 y 530. 

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