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Divulgado por la Secretaría de Gestión y Empleo Público, el estudio indica que su participación aumentó de un 36% en 2021 a un 48% en diciembre de 2022.
06/03/2023 - 00:00hs
De acuerdo a las estadísticas divulgadas por un informe de la Secretaría de Gestión y Empleo Público, la participación de las mujeres en los cargos públicos aumentó de 36% en 2021 a 48% en diciembre de 2022. Este último informe sobre Brecha de Género en la Administración Pública Nacional (APN) es “auspicioso” porque, asegura Ana Gabriela Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público, “muestra por primera vez un dato que marcará un cambio duradero”.
El trabajo de investigación, realizado con personal civil del sector público nacional, se centra en los cargos ejecutivos de carrera, como directoras nacionales, generales, simples y coordinadoras. Los resultados de diciembre precisaron que el 48,9% de los puestos de trabajo de personal civil son ocupados por mujeres, mientras que el 51,1% por hombres; y en el caso de la Alta Dirección Pública, esa proporción es de 48% y 52%, respectivamente. En relación con los cargos de Autoridades Superiores, indicó que el 36% son ocupados por mujeres y el 64%, por hombres.
Si bien esos espacios de gestión representan uno de los universos en donde sigue habiendo una brecha de género más amplia, el trabajo aportó que hasta diciembre de 2009 el porcentaje de mujeres como autoridades era de un 19% contra 81% de varones. El universo donde hay una “equidad plena consolidada” desde que arrancaron estos informes en 2019, explica Castellani, es el de trabajadores y trabajadoras del Estado que no ocupan cargos ejecutivos.
En tanto, en el sector intermedio donde se encuentran los puestos de la Alta Dirección Pública se observa “por primera vez” una participación casi equitativa, a diferencia de años anteriores donde, por ejemplo, en diciembre de 2010 solo el 21% de los cargos eran ocupados por mujeres, puntualizó.
En el caso de las autoridades superiores (subsecretarías, secretarías y ministerios), se ve la mayor brecha “desde el día uno” y es donde “más tenemos que trabajar”, indicó Castellani y explicó que la hipótesis en este punto es que en los cargos más altos interviene con más fuerza el techo de cristal que “opera vinculado al ejercicio del rol ejecutivo y la forma en la que está masculinizado”. El techo de cristal se refiere a las barreras invisibles que impiden el ascenso de las mujeres hacia puestos de alta dirección en empresas y organizaciones, y es invisible porque no existen normas que impongan una limitación explícita en la carrera laboral de cualquier persona, pero opera como una construcción social que establece “roles esperables” por parte de las mujeres en el espacio público y privado, según el informe.
“Es importante que haya más conciencia por parte de funcionarios políticos, sean varones o mujeres, a la hora de conformar estructuras de conducción, que sean equitativas en términos de género o donde las mujeres tengan las mismas oportunidades”, expresó la funcionaria. La creación de áreas de género en cada espacio y las instrucciones a ministerios para conformar sus gabinetes fueron elementos que jugaron un rol muy importante y que posibilitaron la disminución de esa brecha en distintas áreas.