Gisela Banzer puso rostro a María Remedios del Valle, una figura clave en la independencia de la Argentina, nombrada capitana por Manuel Belgrano.
Pocos días atrás la Cámara de Diputados de la Nación instaló el primer cuadro de una mujer en el edificio Legislativo, en homenaje a María Remedios del Valle, quien fue una figura clave en la batalla por la independencia argentina y nombrada como capitana por el general Manuel Belgrano. Detrás de ese cuadro está la mano de la artista, la platense Gisela Banzer, quien le puso rostro a la heroína.
“Para mí fue muy emocionante. La obra la hice para un concurso de Cultura de la Nación y me pareció un desafío fascinante porque no hay registro fotográfico de Remedios del Valle. La técnica que yo trabajo, que es el hiperrealismo, es poder darle veracidad a algo y hacerlo parecer fotográfico. Hago todo lo posible para que parezca real. El desafío estaba muy bueno para poder darle un rostro a ella y esta obra fue usada en otras oportunidades, fue elegido para representar su figura”, dijo Banzer a diario Hoy.
La artista comenzó a hacer trabajo de campo en el Museo de Ciencias Naturales para una serie de obras y allí notó que los créditos se los llevaban los hombres: la mujer no tenía un papel para nada relevante en ese ámbito.
“Comencé a hacer un museo imaginario en el que la mujer tiene un lugar preponderante, justo en ese momento llegó la convocatoria. Cuando me lo dijeron no caí en la dimensión de lo que significaba que nunca hubo un retrato de ninguna mujer en Diputados, y a la vez empecé a ver la magnitud de lo que implicaba también que una artista mujer pueda contar con una obra allí”, subrayó.
En el pasado 9 de julio, como parte de los festejos por la independencia, la figura de María Remedios del Valle volvió a la escena y fueron muchos los actores de la política que recordaron su lucha, con la imagen del cuadro pintado por la platense.
“En la historia las mujeres siempre fueron representadas como un satélite de algún varón. Me parece que lo que hace falta son muchas acciones y oportunidades para emparejar un poco las cosas; en el arte pasa exactamente lo mismo”, señaló Banzer.
Asimismo, recordó la importancia de haber podido contar con una sala donde las expositoras eran todas mujeres e integrantes de la comunidad LGBTIQ+, para permitir que puedan tener un espacio donde mostrar sus trabajos y reivindicar el rol de estos colectivos.
“En este último tiempo hay vientos que soplan mejor, pero todo sigue siendo bastante misógino; es algo que está arraigado lamentablemente, hay que repensarlo todo. Hacen falta políticas que no excluyan a nadie, pero que ayuden a las mujeres y diversidades a las que les cuesta muchísimo hacerse de un lugar en todos los ámbitos, también en el mundo del arte”, aseguró.