Una joven estrella y una huella en dirección a la Tierra

Un equipo de científicos logró detectar la imagen de un chorro de gas, que se conoce como flujo molecular, y que por primera vez se puede observar orientada a nuestro planeta.

La fotografía que analizó el grupo de trabajo fue la de la estrella DO Tauri, ubicada en nuestra galaxia en la nube de Tauro. Allí, se forman estrellas con edades que oscilan entre 800 y 900.000 años.

A su vez, las imágenes fueron tomadas por el telescopio ALMA en 2016 y 2017. Parte del equipo de investigación analizó los archivos de ese radiotelescopio compuesto por 60 antenas y que está a cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar en el llano de Chajnantor, en Chile, muy cerca de la frontera con la Argentina.

“Estudiando el archivo de imágenes y los datos de ALMA encontramos esta estrella que presentaba unos anillos peculiares que no habíamos visto anteriormente en otras estrellas jóvenes”, le contó a diario Hoy Manuel Fernández López, investigador del Conicet en el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR).

Un colapso gravitacional de un pequeño pedazo de una nube de gas y de polvo estelar: así co­mienza a gestarse una estrella. Durante el proceso se producen eyecciones de gas que se disparan en forma perpendicular. Hasta ahora, este flujo molecular, la pared de la cavidad por donde pasó la eyección, solo se habían observado de costado y nunca en dirección a la Tierra.

Los expertos lograron detectar el túnel qué dejó uno de los dos chorros de una estrella ubicada a 460 años luz de nuestro planeta.

“Observamos las paredes del túnel, es decir la cavidad que abrió el gas a su paso, que pueden detectarse en un rango de ondas submilimétricas, que son más largas que las de la luz visible, por lo tanto invisibles al ojo humano”, señaló María Mercedes Vazzano, becaria posdoctoral del Conicet en el IAR y otra de las autoras de este descubrimiento.

López rescata la heterogeneidad del grupo de investigación. Hay una rama mexicana, con Luis Zapata y Luis Felipe Rodríguez, que trabajan para la Universidad Autónoma de México, en la ciudad de Morelia.

“Con ellos llevamos un tiempo estudiando estas estrellas jóvenes que están creciendo a partir de discos tipo anillos, como los anillos de Saturno, pero a escalas del sistema solar. Son discos en el Ecuador del sistema estelar y a partir de los cuales se forman estrellas”, manifestó Fernández López.

Las imágenes, tomadas en 2016 y 2017, fueron encontradas a mediados de 2018.  En ese entonces, el grupo llevó adelante una reconstrucción de todos los datos para luego realizar un estudio. También participó un profesional de Chile, Andrés Guzmán, que al igual que Vazzano tiene un amplio conocimiento en flujos moleculares.

“A mediados de 2019 teníamos una versión preliminar de un artículo, después pasa a una posterior revisión en un arbitraje internacional y es publicado el reporte científico en el mes de mayo en la revista The Astronomical Journal de chicago”, detalló el científico.

“La importancia de este trabajo es que nos muestra por primera vez un flujo molecular desde una geometría distinta a la que se suele encontrar. Esto nos da otro punto de vista para lograr nuevas evidencias sobre cómo son eyectados estos chorros de gas”, concluyó.

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