En diálogo con diario Hoy, el decano de la Facultad de Ciencias Veterinarias, Marcelo Pecoraro, dio cuenta de los problemas que afronta la unidad académica por el congelamiento presupuestario.
A poco de la que se prevé será una multitudinaria movilización interuniversitaria en reclamo contra el congelamiento del presupuesto para las universidades, desde la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP -que es preexistente a la propia casa de altos estudios-
evalúan cómo seguir adelante en medio de un complejo escenario económico.
“Es un momento complicado para la educación en general y para las universidades en particular. Veterinaria tiene muchas prácticas, salidas a campo, gastos de insumos, tenemos dos campus que sostener. Nos da una mano el Rectorado, pero no deja de preocuparnos, uno mira para adelante y no hay mucho en el horizonte”, lamentó el decano de la Facultad, Marcelo Pecoraro.
En ese plano, el experto resaltó que dentro de la unidad académica hay investigadores del Conicet y centros asociados que trabajan con ellos que están “realmente preocupados” por la situación.
“No salimos del estupor general, porque no se esperaba una visión tan superficial de la educación pública”, subrayó Pecoraro, quien enfatizó que “en este país la educación pública es parte del ADN de los argentinos, ha sido el motor de la movilidad social ascendente”.
La Facultad de Veterinaria cumplió 141 años de vida y ahora desde la administración deberán continuar haciendo números finos para sostenerse. “Entiendo que hay que acomodar algunas cosas, cualquiera que hubiese asumido hubiese tenido que hacerlo, siempre corríamos detrás de la inflación; por ejemplo, si queríamos comprar cosas simples como caños de gas, no pasaban presupuesto”, planteó. “Venimos acumulando necesidades que las vamos emparchando”, cuestionó el decano.
“Los estudiantes, si bien no se han expresado como en otras oportunidades, están tan preocupados como nosotros. Hace muchos años atrás veníamos a estudiar a La Plata, no era imposible para una familia, pero hoy alquilar está carísimo, nos quedamos con muchos estudiantes de la zona o del conurbano que van y vienen en el día, pero del interior son menos chicos los que vienen. Se ha encarecido la vida del estudiante”, evaluó.
Finalmente, recordó que en el hospital para grandes y pequeños animales que posee la Facultad atienden entre 50 y 60 pacientes diarios. “Hacemos el mínimo precio que podamos hacer, pero ahí vamos. Si siguen aumentando los insumos nos vamos a encontrar con un problema. No nos sobra nada; la Presidencia de la Universidad hace un esfuerzo para que esté contenido todo lo máximo posible”, cerró.