Nuestro país está justo en la trayectoria del errante cohete. En esta nota repasamos los antecedentes.
Si hay algo que le faltaba al 2021 es un objeto espacial fuera de control impactando en nuestro país y causando daño. Aunque los especialistas advierten que la posibilidad de que eso ocurra es del 0,0001%, aún hay chances de levantarse una mañana y encontrar un pedazo de metal de 22 toneladas en el patio de tu casa.
No es la primera vez que basura espacial cae a la Tierra sin control y genera preocupación en todo el mundo ni tampoco es la primera vez que China es la protagonista.
Larga Marcha
El cohete insignia del programa espacial chino es el Larga Marcha 5B, un vehículo de 51 metros de altura 867 000 kg con capacidad de poner en órbita 14.000 kg.
China desarrolla diferentes versiones de este vehículo desde la década del 90 y en 2003 logró poner la nave Shenzou 5 en órbita con un astronauta a bordo. China se convirtió así en el tercer país del mundo, detrás de Estados Unidos y Rusia, en poner a un ser humano en el espacio con tecnología 100% nacional.
Antecedentes
China tiene en su haber al menos dos antecedentes de escombros de cohetes cayendo sobre la Tierra sin control, una de ellas fue en 2015. En esa ocasión, el fragmento destruyó por completo el techo de una vivienda. El hecho ocurrió en la localidad de Ankang y afortunadamente no hubo víctimas fatales.
Sin ir más lejos, el año pasado otro cohete Larga Marcha cayó en Mauritania pero impactó sobre el Océano Atlántico y no causó daños.
En 2015 también hubo otro antecedente de una nave rusa de carga Progress que se utiliza para reabastecer la Estación Espacial Internacional.
Por un fallo en el vuelo automático, la nave con todos los suministros, comenzó a jurar fuera de control y no pudo recuperarse. Días después, Progress M-27M se desintegró al reentrar en la atmósfera, porque están diseñadas para destruirse, y no causó daños.
La tragedia del transborador Columbia, destruido en 2003 tras una fallida reentrada, provocó la muerte de los 7 astronautas a bordo y una lluvia de escombros desde Texas hasta Louisiana. Pese a la catástrofe, afortunadamente no se registraron daños dentro de la zona afectada.
La estación espacial MIR, perteneció a la Unión Soviética y fue la más grande de la historia solo por detrás de la Estación Espacial Internacional. Cuando completó su vida útil en el año 2.000 fue reingresada y destruida en la atmósfera. En esa ocasión, la reentrada fue controlada y no se registraron daños.
Estos son los antecedentes más relevantes, aunque la probabilidad de impacto en una zona habitada es casi nula, no es cero.