Los últimos combates terminaron el miércoles.
Tras dos días de enfrentamientos que provocaron más de 170 muertos y amenazan con reanudar un conflicto que ya dejó miles de fallecidos en el pasado reciente, Armenia y Azerbaiyán respetaban durante el alto el fuego declarado en la disputada región de Nagorno Karabaj. Los últimos combates, que estallaron el martes pasado, terminaron este miércoles “gracias a la implicación de la comunidad internacional”.
Rusia, tradicional mediador en el cáucaso y que tiene un contingente de paz en la región, había anunciado un alto el fuego el martes por la mañana, pero este fue incumplido durante dos días, y ambos países se acusaron mutuamente de bombardeos. El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, se reunieron en Bruselas el 31 de agosto.
Este miércoles, Armenia indicó haber perdido a 105 militares, y acusó a Azerbaiyán de haber ocupado 10 kilómetros cuadrados de su territorio. Por su parte, las autoridades de Azerbaiyán reconocieron la muerte de 71 soldados entre sus filas, al actualizar un balance anterior que daba cuenta de 50 fallecidos.
Ambos países se acusaron mutuamente de estos enfrentamientos, que obligaron a huir de sus casas a cientos de civiles armenios residentes en la zona fronteriza. Los enfrentamientos son los más graves desde la guerra que ambos países libraron en 2020 por el control de la disputada región de Nagorno Karabaj, que terminó con más de 6.500 muertos y obligó a Armenia a ceder territorios a Azerbaiyán.