“Toda la responsabilidad política, criminal y moral por la sangrienta masacre contra los ucranianos recae personalmente en Zelenski y en su régimen criminal, con Washington apoyándolos”, indicó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov.
El Kremlin responsabilizó a Volodímir Zelenski y al gobierno de Estados Unidos por el ataque a una cárcel ubicada en Donetsk que alojaba prisioneros de guerra ucranianos y cifró en 50 el total de muertos.
“Toda la responsabilidad política, criminal y moral por la sangrienta masacre contra los ucranianos recae personalmente en Zelenski, su régimen criminal y Washington apoyándolos”, indicó el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov. La cartera aseguró que el ataque a la prisión cercana a la localidad de Olenivka, en una zona del este ucraniano controlada por separatistas prorrusos, fue realizado con un sistema de artillería Himars, entregado a Ucrania por Estados Unidos.
En los centros sanitarios fueron ingresados 73 prisioneros ucranianos con heridas graves, los cuales recibieron atención médica .“El régimen de Kiev mató y mutiló a la mayoría de los 193 prisioneros de guerra ucranianos de que estaban allí. Según los datos actualizados, 50 ucranianos murieron”, dijo el vocero.
“Los restos de 48 prisioneros de guerra ucranianos fueron hallados y recuperados de los escombros de las instalaciones del centro penitenciario. Otros dos prisioneros de guerra ucranianos murieron a causa de heridas graves en la carretera, cuando los trasladaban a un centro médico”, agregó.
La palabra ucraniana
Ucrania negó ayer las acusaciones por el ataque en la cárcel ubicada a unos 30 kilómetros al sudoeste de Donetsk, la capital de la provincia homónima que junto a la de Lugansk conforman la región del Donbass.
“Las Fuerzas Armadas de Ucrania, que adhieren plenamente a los principios y normas del derecho internacional humanitario, nunca han llevado a cabo ni llevan a cabo bombardeos de infraestructuras civiles, especialmente en lugares donde es probable que se encuentren prisioneros de guerra”, dijo el Ejército en un comunicado.
La prisión albergaba, entre otros, a miembros del batallón de Azov, una división que ganó notoriedad por su defensa de la ciudad de Mariúpol y que Moscú acusó de ser una formación neonazi. Tras semanas de asedio y resistencia en la plata siderúrgica de Azovstal en Mariúpol, cerca de 2.500 combatientes ucranianos se rindieron en mayo y las autoridades rusas habían indicado que iban a ser encarcelados en Olenivka.
El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas responsabilizó a Moscú por el ataque: “Rusia llevó a cabo un bombardeo de artillería selectivo contra una institución penitenciaria en el asentamiento de Olenivka, en la provincia de Donetsk, donde también había prisioneros ucranianos”.
“De este modo, los ocupantes rusos persiguieron sus objetivos criminales: acusar a Ucrania de cometer crímenes de guerra, así como ocultar la tortura de prisioneros y las ejecuciones”, indicaron las fuerzas de Kiev en un comunicado citado por el diario británico The Guardian.
“Rusia cometió otro horrendo crimen de guerra al bombardear un centro penitenciario en la región ocupada de Olenivka, donde mantenía retenidos a prisioneros de guerra ucranianos”, escribió por su parte el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en su cuenta de Twitter.
Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, expresó sus condolencias por la muerte de más de 50 ucranianos detenidos en Donetsk y reafirmó el compromiso de Estados Unidos de pedir a Rusia frenar “las atrocidades cometidas por sus fuerzas contra el pueblo ucraniano”.
Ambos funcionarios también reiteraron la necesidad de una rápida implementación del acuerdo sobre el trigo y enfatizaron que el bloqueo de Rusia a las exportaciones ucranianas exacerbó aun más la crisis alimentaria mundial.