El presidente del país vecino firmó una serie de decretos en los que habilita a los ciudadanos a portar hasta ocho armas. Temor por las milicias.
Una decisión del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sacude por estas horas al país y puso en alerta a más de un dirigente. Es que el mandatario firmó una serie de decretos que flexibilizan el uso y las tenencias de armas, por lo que una persona podría ser portadora de hasta ocho de ellas, el doble de lo que se permitía hasta el momento.
Bolsonaro, con formación militar, defendió siempre de manera pública e incluso en campaña la tenencia de armas de fuego en manos de la ciudadanía, y hasta se ha fotografiado con ellas en diferentes circunstancias.
“En 2005, mediante referéndum, el pueblo se decidió por el derecho a las armas y la autodefensa”, sostuvo el presidente a través de sus redes sociales, donde recibió comentarios a favor por parte de sus seguidores y en contra de la decisión por los opositores.
En ese sentido, una de sus políticas sancionadas a través de un decreto fue permitir a todos los ciudadanos a poseer cuatro armas y, en casos excepcionales, otras dos, para lo que se flexibilizaron los requisitos de compra.
Según manifestaron desde la oposición, la política de armas de Bolsonaro se centra en flexibilizar la legislación de los CAC (coleccionistas, tiradores deportivos y cazadores), que reúnen a poco más de 400.000 personas, para ampliar el acceso a armas y municiones y debilitar su fiscalización.
“De estos 400.000, la mitad están formados por francotiradores. En 2019, Bolsonaro aumentó de 16 a 60 la cantidad de armas que la categoría puede comprar con la autorización del Ejército. Con los nuevos decretos, el presidente extinguió la necesidad de dicha autorización”, sostuvo el diputado del Partido Socialismo y Libertad, Marcelo Freixo.
Además, advirtió que de enero a mayo de 2020 el crecimiento de munición comercializada fue del 98% con respecto al mismo período de 2019, alcanzando los 6,3 millones, y solo en mayo se vendieron 1,5 millones de cartuchos, lo que representa más de 2.000 por hora.
“Bolsonaro está terminando el requisito de un informe acreditado por un psicólogo para que alguien se convierta en CAC. Ahora cualquier profesional puede preparar el documento. Y la certificación de capacidad técnica para el uso del arma puede ser otorgada por el club que frecuenta el tirador”, afirmó Freixo.