Además, el presidente brasileño cargó contra Argentina y afirmó que solo Dios lo sacará de su cargo.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, trató hoy públicamente de "hijo de puta" al titular de la corte electoral, Luiz Barroso, quien se negó a cambiar el actual sistema de voto, y acusó a parte de la corte suprema de defender "la impunidad y la corrupción" tras la anulación de las condenas que pesaban sobre el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva y la habilitación de su candidatura para las elecciones de 2022.
"Barroso es un hijo de p*", dijo Bolsonaro al hablar ante sus seguidores en una conversación filmada en Joinville, en el estado de Santa Catarina, uno de los bastiones de la ultraderecha bolsonarista, en el marco de su conflicto con la corte, que comenzó el miércoles a investigarlo por mentir sobre un posible fraude electoral el año próximo.
Barroso ha liderado la reacción frente a las acusaciones sin pruebas de Bolsonaro sobre fraudes en las urnas electrónicas vigentes desde 1996, un tema que el presidente de la Cámara de Diputados, el bolsonarista Arthur Lira, anunció hoy que someterá a votación en la cámara baja "para terminar con la cuestión".
Pese al repudio de la corte electoral, de la oposición y hasta de referentes del establishment económico, Bolsonaro sigue repudiando el actual sistema electoral y anticipó que, de no cambiarlo, podría desconocer los resultados en caso de una victoria de Lula, un comportamiento similar al de su presidente espejo, el derrotado mandatario estadounidense Donald Trump.
Además, su agravio de hoy contra Barroso llegó luego que el miércoles el mismo mandatario amenazara con violar la Constitución, como respuesta a una nueva investigación abierta por el juez de la máxima corte del país Alexandre de Moraes, que Bolsonaro calificó de "ilegal".
El ultraderechista fue incluido en una investigación por diseminar noticias falsas y 11 delitos, entre ellos atentar contra el poder público, a raíz de sus insultos a la corte electoral para denunciar fraudes en las recientes elecciones.
Esas denuncias alcanzan incluso los comicios de 2018, en los que venció a Fernando Haddad, del PT, reemplazante del entonces encarcelado y proscripto Lula. Fue en este clima que Bolsonaro lanzó hoy nuevamente teorías conspiratorias sobre la salida de argentinos para vivir en Brasil, como parte de un discurso en el cual agitó una suerte de fantasma del comunismo en Sudamérica si no gana su reelección en octubre de 2022.
"Miren a la Argentina, ya vemos que médicos están viniendo para acá, están haciendo la prueba de equivalencias. La cadena productiva está siendo estatizada y existe casi un confiscación para quien tiene dólares en los bancos", afirmó Bolsonaro ante empresarios en Joinville, estado de Santa Catarina, fronterizo con la provincia de Misiones.
El ultraderechista se encuentra en un raid mediático, de redes sociales y encuentros con seguidores luego de haber amenazado con un autogolpe y violar la Constitución para pedir el cambio del sistema electoral, tras verse derrotado en las encuestas ante el expresidente y líder opositor Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), quien tiene el camino legal completamente allanado para ser candidato presidencial el año que viene.
"No podemos creer en un comunista, en un socialista porque él no va respetar la libertad de mercado. Nosotros tenemos cómo evitar eso, sin temer a nada, ni a la muerte. No esperen que un hombre decida por ustedes, pero hoy eso pasa por mi. Soy el principal eslabón de esta cadena. Si se rompe, no alcanzarán las balsas para ir hacia el norte o cruzar el Atlántico", afirmó.
El excapitán tiene a 6.000 militares cobrando sueldos duplicados en la administración federal y cambió recientemente la cúpula de las tres fuerzas armadas porque los anteriores no compartían condenar las cuarentenas contra el coronavirus de gobernadores e intendentes para frenar los brotes de la pandemia. El mandatario dijo que es el "único de los presidentes" recientes que cree en Dios y que "sólo Dios lo sacará de su cargo".