Corea del Norte demolió la oficina de enlace con el Sur

La estructura fue derrumbada luego de que manifestantes surcoreanos difundieran folletos de propaganda anticomunista, deteriorando así las relaciones establecidas en 2018.

Corea del Norte hizo estallar ayer la oficina de enlace intercoreana, utilizada para comunicar a Pyongyang con Seúl, luego de que manifestantes surcoreanos difundieran panfletos de propaganda anticomunista, generando un deterioro en las relaciones establecidas dos años atrás, en un momento histórico, teniendo en cuenta que en los 73 años anteriores los líderes de las dos Coreas solo se habían visto en dos ocasiones.

El edificio de cuatro pisos estaba ubicado en la ciudad de Kaesong, en el lado norcoreano del área desmilitarizada que separa a ambos países, y representaba uno de los símbolos de acercamiento diplomático entre ambas naciones, lo que además facilitó el acercamiento entre Kim Jong-un y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Corea del Norte había comenzado a emitir una serie de amenazas hacia el Sur. El último sábado, la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés) había publicado un comunicado de Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano, en el que hablaba de “traidores” e “indeseables que se atrevieron a dañar el prestigio absoluto de nuestro líder supremo, que representa a nuestro país y su gran dignidad”.

Asimismo, la cada vez más poderosa líder de Corea del Norte advirtió lo que finalmente sucedió ayer: “En poco tiempo se verá una escena trágica de la inútil oficina de enlace conjunta Norte-Sur completamente destruida”.

En las imágenes de la detonación que difundió la presidencia surcoreana puede verse una explosión que afectó a varios edificios al otro lado de la frontera de Kaesong. En relación a las víctimas, todavía no está confirmado que hubiera alguien dentro del edificio, ya que Pyongyang aseguró haber cortado la comunicación con Corea del Sur la semana pasada.

En ese sentido, el ministro de Unificación surcoreano, Kim Yeon-chul, afirmó minutos antes de la explosión y ante la comisión
parlamentaria de Relaciones Exteriores que, al margen de las amenazas, el derribo fue anticipado a Seúl por parte del régimen comunista.

Corea del Norte afirmó que los folletos distribuidos por los manifestantes violaron el acuerdo que Kim Jong-un y Moon Jae-in, el presidente surcoreano, habían firmado en 2018, a partir del cual decidieron el cese de los “actos hostiles”, así como la eliminación de los medios para cometerlos, incluida la “difusión a través de altavoces y la distribución de folletos” a lo largo de la frontera que comparten.

Al conocer la noticia, el Poder Ejecutivo de Corea del Sur convocó a una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional, mediante la cual expresó un lamento profundo por la acción norcoreana, destacándola como una maniobra que daña “las expectativas de aquellos que desean impulsar las relaciones intercoreanas y establecer la paz en la península”.

Finalmente, el Departamento de Estado de los Estados Unidos demostró su apoyo al gobierno surcoreano, al advertir a Corea del Norte que se abstenga de realizar “nuevas acciones contraproducentes”.

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