El Papa promulgó las reformas para sancionar el abuso sexual contra menores de edad

El objetivo es facilitar el correcto desarrollo de la acción penal de la Iglesia para la administración de justicia.

El papa Francisco promulgó las reformas de las normas y procesos para sancionar el abuso sexual con un "Rescriptum" que actualiza las reglas del antiguo Santo Oficio en el Vaticano para juzgar canónicamente los "delitos graves" que perjudican especialmente a la Iglesia.

Así, cambian las reglas para los llamados "delicta graviora" (delitos más graves) como aquellos contra la fe y contra la santidad de los sacramentos, hasta otros contra la moral católica, así como los abusos contra menores de edad.

Con el "Rescriptum", el Pontífice promulgó una nueva versión de las "Normas sobre los delitos más graves reservadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe'" aquellas para las que, por su particular gravedad, el antiguo Santo Oficio se reserva el derecho a la última palabra con respecto a las Iglesias locales, informó la agencia ANSA.

Por lo tanto, se modificó y actualizó el texto promulgado en 2001 por Juan Pablo II y ya modificado en 2010 por Benedicto XVI.

Los delitos contemplados en las reglas siguen siendo los mismos, pero con los cambios realizados con una especie de "decreto de ejecución".

Los cambios introducidos se refieren principalmente a aspectos procesales, destinados a esclarecer y facilitar el correcto desarrollo de la acción penal de la Iglesia para la administración de justicia.

Entre los cambios, se prevé la posibilidad de remitir directamente a la decisión del Papa, en mérito a la destitución o deposición del estado clerical, así como la dispensa de la ley del celibato y -en su caso- de los votos religiosos.

También se modifican los plazos para la presentación un recurso luego de la sentencia de primera instancia (de un mes a 60 días), con el objetivo de estandarizar el procedimiento judicial con el extrajudicial.

Además se establece la necesidad de un "patrón" para ayudar al acusado en la fase de juicio, con el fin de garantizar aún más el derecho de defensa del imputado.

Entre los "delitos más graves" también se encuentra el "intento de sagrada ordenación de una mujer".

Finalmente, los delitos de pedofilia y de distribución de material de abuso sexual infantil.

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