Un suceso sin sentido que unió a una cuidad luego de perder dos competencias deportivas de gran importancia.
Estados Unidos es un país extraño, eso es claro, pero que una ciudad como Filadelfia, histórica por llevar adelante la prueba de la constitución norteamericana en la que basamos la argentina, celebre a un hombre que comió 40 pollos de rotisería enteros en 40 días es otra cosa.
Alexander Tominsky es un hombre de 31 años que se embarcó en una misión sin objetivo. El domingo terminó su cometido, comió su pollo número 40, frente a cientos de personas. Los espectadores fueron convocados por carteles en las calles cuya única indicación para llegar era "ese muelle abandonado cerca de Walmart".
Nadie sabía el por qué, pero toda la ciudad estaba de mal humor y necesitaba una razón para distraerse de ese sentimiento. Equipos de Filadelfia había perdido el campeonato estadounidense de baseball y de fútbol en un mismo día.
Cuando le preguntaron al hombre por qué decidió comer un pollo entero cada día por 40 días no dio respuesta clara. Ante las cámaras de televisión aseguró que odia el pollo y que estaba "un poco abrumado" para hablar.
Pero ¿Por qué?
En el trayecto al gran evento del domingo, un reportero de la ciudad pudo sacarle "mejores" respuestas al come pollos. No quería demostrar un punto, ni había perdido una apuesta, tampoco estaba siendo pagado por hacerlo. "Parecía lo correcto", dijo al principio, pero estas palabras no satisficieron al periodista, quien presionó por más. "No estoy seguro de como empezó (...) Es difícil entender como se manifestó", aseguró de manera misteriosa Tominsky.
El hombre de Filadelfia habló con el New York Times y expresó que quería traerle alegría a los demás experimentando dolor. Recordemos que él odia el pollo y su cara en este posteo de su cuenta personal lo confirma.
Pero a pesar de que quería entretener, el sujeto aclaró en los carteles que "esto no es una fiesta", refiriéndose al evento del domingo. Su proyecto no era una puesta en escena ni una obra de arte.
El héroe del pueblo
Las más de cien personas que lo vieron devorar el último pollo de su lista encontraron su propio significado a la extraña labor de Tominsky. "Si, perdimos dos campeonatos en un día, pero ¿al siguiente? celebramos a un hombre comer su 40avo. pollo de rotisería en 40 días en un muelle abandonado detrás de un Walmart. No puedes mantener a Filadeldia de mal humor", dijo un espectador.
Otra persona, con una mirada más filosófica, relacionó el insólito suceso con la actualidad norteamericana. "Siento que el resto de la sociedad estadounidense se ha convertido en una especie de infierno distópico, capitalista, sin sentido y sin alma", expresó un sujeto que agregó: "Así que todos nos hemos vuelto nihilistas. Y algo como esto, que no se hace con fines de lucro, o realmente con ningún significado, es refrescante".
Al final, cuando Tominsky terminó su último pollo la multitud gritó: "¡Héroe, héroe!", pero el hombre de filadelfia respondió: "No soy un héroe. No soy más que un hombre. Me comí el pollo. Hice lo mejor que pude. Solo les agradezco a todos por estar aquí, y gracias por verme consumir".