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"Le quitaron el oxígeno a mi papá": Manaos sin oxígeno en un segundo colapso sanitario

La ciudad más grande de Brasil en la Amazonía se está quedando sin oxígeno y los pacientes con COVID19 están siendo desconectados de los respiradores.

“Es difícil tener que elegir qué pacientes recibirán oxígeno suplementario: los que tienen más posibilidades (de sobrevivir)”. Las palabras son de un médico brasileño del Hospital Universitario Getúlio Vargas de Manaos, la mayor ciudad de la Amazonia brasileña y epicentro de una nueva crisis sanitaria incluso más dramática que la sufrida al inicio de la pandemia.

Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas, con una población que rebasa los dos millones de habitantes, se encuentra en situación de colapso por el recrudecimiento de la pandemia de coronavirus. Las autoridades han decretado un toque de queda de 11 horas –desde las 7 de la tarde a las 6 de la mañana– y han comenzado a derivar a los pacientes más graves a otras ciudades.

Precisamente Manaos, donde acaba de surgir una nueva variante de coronavirus que preocupa a nivel mundial por su potencial mayor transmisibilidad, ya fue uno de los epicentros de esta crisis sanitaria durante la primera ola. La exposición de su población fue tal que se llegó a especular con que la urbe ya hubiera alcanzado la tan ansiada inmunidad de rebaño.

Ahora, la nueva explosión de contagios hace pensar en si será el espejo en el que deban mirarse otras regiones del mundo, como son determinados barrios de Madrid, zonas del norte de Italia o la colosal Nueva York, lugares en los que se llegó a pensar que se encontraban cerca de la inmunidad de grupo, tras pasar por una situación crítica a nivel asistencial.

Caos en Manaos

La situación que se vive ahora en Manos supera ampliamente la vivida por esta ciudad en el peor momento de la primera ola, entre abril y mayo del año pasado.

El gobernador de Amazonas, Wilson Lima, ya ha admitido que los hospitales se encuentran desbordados y que, además, hay una grave falta de cilindros de oxígeno para los enfermos de covid que se encuentran hospitalizados en unidades de cuidados intensivos y dependen de respiradores mecánicos.

Si en el peor momento de la primera ola la demanda llegó a ser de 30.000 metros cúbicos diarios de oxígeno, actualmente se necesitan 76.000, lo que explica la carencia de estos insumos.

Además de la implantación del toque de queda, se ha prohibido la circulación del transporte colectivo de pasajeros tanto en carreteras como en ríos en ese mismo horario, en el que también deberán permanecer cerrados los comercios y negocios de apertura al público, salvo los centros de salud y de seguridad.

A los hospitales colapsados se unen los cementerios desbordados. En toda la región han muerto desde el inicio de la pandemia casi 6.000 personas, pero en un solo día, el pasado miércoles, se enterraron a 198 víctimas de covid-19. Mientras, las hospitalizaciones ya alcanzan las 250 diarias, aproximadamente el doble que en abril y mayo, cuando Manaos ya era una de las ciudades más afectadas de Brasil.


 

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