Los tiroteos volvieron a teñir de luto a los Estados Unidos

Dos nuevos ataques con armas ocurrieron en esa nación, que viene de una penosa cadena de delitos de este tipo. Se reaviva el debate por la portación de armas.

Los ataques masivos con armas de fuego o tiroteos tienen en vilo a los Estados Unidos desde hace años, pero con dos nuevos episodios que dejaron víctimas fatales el país de América del Norte se volvió a teñir de luto.

Los últimos ataques tuvieron lugar ayer en los estados de Tennessee y Pensilvania, donde seis personas fallecieron y otras veinte resultaron heridas, producto del impacto de las balas. Esto ocurre cuando el país todavía asimila la masacre de Texas, donde fueron asesinados más de 15 niños y dos maestras en una escuela.

En el caso de Tennessee, ocurrió en un bar justo una semana después de que seis personas resultaran heridas en otro tiroteo en la ciudad, aunque la Policía cree que este último se trató de un incidente aislado no premeditado.

La jefa de seguridad de Chattanooga, Celeste Murphy, señaló que “definitivamente hubo más de un tirador” involucrado en el incidente.

Durante el día de ayer también ocurrió lo mismo en Filadelfia, Pensilvania, desde donde el inspector de policía local, D. F. Pace, informó que “14 personas recibieron disparos y fueron trasladadas a hospitales”.

“Tres de esas personas, dos hombres y una mujer, fueron declarados muertos tras llegar a los hospitales con múltiples heridas de bala”, añadió. El oficial dijo que agentes presentes en el lugar “observaron a varios tiradores activos abriendo fuego contra la gente” en la zona de South Street de Filadelfia. Allí, un agente disparó contra uno de los atacantes, que soltó su arma y huyó, pero encontraron en el lugar dos armas semiautomáticas y un cargador de alta capacidad.

Pese a ello, hasta la tarde de ayer no había personas detenidas por ninguno de los dos casos.

El drama que conmueve al país

Los múltiples asesinatos cometidos en las últimas semanas, desde la masacre en la escuela de Texas, pasando por el supermercado de Buffalo, la universidad en Nueva Orleans, hasta un campus del centro médico St. Francis, en Tusla, Oklahoma, abrieron el debate por lo que genera el libre acceso a las armas.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, señaló a los congresistas que trabajen sobre una ley que ponga límites a esta posibilidad de poder comprar armas de modo libre. “Estando allí, en ese pequeño pueblo, como tantas otras comunidades en todo Estados Unidos, no pude evitar pensar que hay demasiadas otras escuelas, demasiados otros lugares cotidianos, que se convirtieron en campos de exterminio, campos de batalla”, lamentó.

“¿Cuántas matanzas más estamos dispuestos a soportar? Es hora de que el Senado haga algo. No pueden fallarle otra vez al pueblo estadounidense”, sentenció.

Por la polémica que genera en la sociedad, ya que muchas personas están a favor de la tenencia de armas de fuego e incluso se las regalan a sus hijos en cumpleaños o fiestas y hasta les enseñan a usarlas, el presidente tuvo que aclarar sus dichos.

“No se trata de quitarle las armas a nadie”, aseveró, antes de señalar que desde su gobierno “creemos que deberíamos tratar a los propietarios de armas responsables como un ejemplo de cómo debe comportarse cada propietario de armas”.

En tanto, como el oficialismo tiene la mayoría pero muy justa en los números, no puede aprobar una ley en soledad, sino que debe negociar el apoyo de los republicanos, quienes históricamente se mostraron reticentes a restringir el uso de armas.

Por eso, el desafío del gobierno de Biden es encontrar medidas que puedan tener el voto positivo de al menos 10 republicanos, imprescindible por la mayoría calificada de 60 votos necesaria en el Senado.

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