Rusia

Navalny recibió una condena de dos años y ocho meses

El líder opositor ruso Alexey Navalny fue sentenciado por haber violado controles judiciales, a pesar de las presiones de Occidente y las masivas marchas a su favor en la Federación Rusa.

Internacional

02/02/2021 - 18:09hs

Un tribunal ruso dejó firme la condena que estaba en suspenso del líder opositor ruso Alexey Navalny y ordenó que quedé en prisión por los próximos dos años y ocho meses, una decisión que desató nuevas convocatorias de protestas en las calles, cientos de nuevas detenciones y el repudio de Estados Unidos y la Unión Europea, acusados por el Kremlin de "injerencia" en los asuntos internos del país.

En medio de un clima de creciente tensión alimentada por dos semanas de masivas protestas y detenciones en Rusia y fuertes cruces entre Moscú y las principales potencias occidentales, Navalny compareció hoy ante un tribunal de Moscú.

El tribunal debía definir si, como pedía el Servicio Penitenciario y la Fiscalía, se le rescindía el beneficio de una condena en suspenso (dictada en un caso de fraude contra empresas) por el hecho de haber viajado a Alemania, en violación del régimen de detención domiciliaria, para recuperarse de un caso grave de envenenamiento del que acusó al presidente Vladimir Putin.

La jueza Natalia Repnikova aprobó el pedido de las instituciones y falló que el opositor ruso más famoso en el mundo en este momento quedará en prisión durante dos años y ocho meses, es decir, 10 meses menos que su sentencia original, ya que ese período ya lo cumplió con una detención domiciliaria previa.

La decisión judicial provocó una reacción inmediata tanto del círculo íntimo de Nalvany como de sus aliados internacionales.

"Reiteramos nuestro llamado al Gobierno ruso para liberar inmediatamente y sin condiciones al señor Navalny, al igual que los otros cientos de ciudadanos rusos injustamente detenidos en las últimas semanas por ejercer sus derechos, incluyendo los derechos a la libre expresión y la manifestación pacífica", exigió el secretario de estado norteamericano Antony Blinken en un comunicado, citado por la agencia de noticias AFP.

"Incluso, mientras trabajamos con Rusia para promover los intereses de Estados Unidos, nos coordinaremos estrechamente con nuestros aliados y socios para responsabilizar a Rusia por no defender los derechos de sus ciudadanos", agregó en referencia al acuerdo entre el presidente Joe Biden y su par ruso para extender el nuevo tratado de energía nuclear START.

Desde la Unión Europea, el jefe de la diplomacia del bloque, Josep Borrell, quien tiene previsto viajar a Moscú el próximo viernes, se sumó a la condena estadounidense y pidió la liberación inmediata del opositor.

La respuesta de Rusia no se hizo esperar y el Kremlin volvió a acusar a ambas potencias occidentales de "injerencia" en sus asuntos internos.

Dentro del país, en tanto, la reacción de los aliados opositores de Nalvany también se conoció de inmediato.

Fuera del tribunal y junto a los dos abogados de su esposo, la mujer del líder opositor, Yulia, prometió que apelarán la decisión ante la Corte Europea de Derechos Humanos.

"Ya vieron lo que pasó acá. Fue un horror, como siempre", aseguró uno de los abogados, Olga Mikhailova, para defender esa decisión.

La audiencia se inició con casi media hora de retraso y en medio de fuertes medidas de seguridad por la manifestación que amigos y aliados de Nalvany convocaron a las afueras del tribunal y por la que ya fueron arrestadas cerca de 370 personas, según cifras reveladas por la Ong OVD-Info.

"Lo más importante en este juicio es asustar a un enorme número de personas. Encarcelan a una de ellas para asustar a millones", había dicho Nalvany ante el tribunal, acompañado por su esposa.

Al líder opositor, de 44 años, quien vistió una camisa azul oscuro, se lo vio sereno en la "pecera" o cubículo acristalado situado a la derecha de la mesa de los jueces, informó la agencia de noticias AFP.

La audiencia tuvo lugar tras dos fines de semanas de manifestaciones de apoyo al opositor en toda Rusia que se saldaron con miles de detenciones.

Activista anticorrupción y férreo crítico del Kremlin, Navalny fue encarcelado a su regreso a Rusia el 17 de enero, tras una convalecencia de varios meses en Alemania por un envenenamiento del que acusa al presidente Putin.

"Hemos demostrado y probado que Putin, a través del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), cometió este intento de asesinato, y no soy su única [víctima]. Muchos lo saben ahora, otros lo sabrán, y eso vuelve loco a este pequeño hombre en su búnker", dijo hoy Navalny.

Putin y el Kremlin niegan las acusaciones y afirman que el dirigente tiene vínculos con servicios secretos extranjeros que buscan desestabilizar el país. Además sostienen que no tenía rastros de veneno cuando abandonó el país con destino a un hospital de Alemania y acusan a Estados Unidos y la UE de utilizar el caso para ganar apoyo para imponer nuevas sanciones contra Rusia.

En 2014, Navalny había sido condenado a tres años y medio de prisión por fraude a dos empresas, la condena original que hoy se volvió efectiva. Sin embargo, no es el único proceso judicial abierto que tiene en Rusia.

El viernes deberá comparecer ante un juez por la acusación de "difamación" a un veterano de guerra por haber criticado una campaña publicitaria a favor del Kremlin en la que aparecía un excombatiente. Por esta causa podría ser condenado desde pagar una multa hasta sumar otra condena de prisión por cinco años.

También está acusado en una investigación por fraude, un delito que se castiga con hasta diez años de cárcel, por haber malversado, según las autoridades, donaciones dirigidas a su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción.

Desde su regreso, la Justicia rusa multiplicó las acciones contra Navalny y sus aliados políticos, varios de los cuales están bajo arresto domiciliario, encarcelados o procesados desde hace unas semanas.

Algunos se enfrentan a penas de prisión por haber violado las "normas sanitarias" contra el coronavirus organizando manifestaciones, mientras que a otros se les acusa de haber incitado a los menores a participar en protestas masivas no autorizadas, que solo el domingo pasado terminaron con más de 5.400 detenidos.

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