Para evitar la cobertura de la movilización, en la que las manifestantes coreaban lemas como
“no politicen la educación” y portaban pancartas que rezaban “no tenemos derecho a estudiar ni trabajar”, un grupo de combatientes agredió a varios periodistas.
Grupos de combatientes talibanes propinaron golpes a periodistas durante una marcha por los derechos de las mujeres en la capital afgana, Kabul, para evitar la cobertura de la protesta, denunciaron las organizadoras.
El hecho se produjo durante una movilización de mujeres que desfilaron desde las inmediaciones del Ministerio de Educación hasta la sede de la cartera de Finanzas, en Kabul.
Las mujeres, con coloridos pañuelos en la cabeza, coreaban lemas como “no politicen la educación” y portaban pancartas que rezaban “no tenemos derecho a estudiar ni trabajar” y “sin trabajo, pobreza, hambre”.
La marcha estaba permitida por las autoridades, pero durante su desarrollo un combatiente talibán golpeó a un reportero extranjero con la culata de un rifle y lo echó del desfile, mientras otro lo amenazó y le dio patadas.
Al menos dos periodistas más fueron agredidos mientras se alejaban, huyendo de combatientes talibanes que les mostraban los puños en alto y los pateaban, denunciaron las organizadores de la marcha.
Las mujeres no fueron atacadas físicamente durante la protesta, pero en varias ocasiones los talibanes las increparon verbalmente.
Al final, las participantes decidieron dispersarse y ninguna fue detenida, indicó Zahra Mohammadi, una de las organizadoras de la protesta.
La mujer dijo que habían decidido salir a la calle pese al riesgo que ello implicaba.
“Esta es la situación: los talibanes no respetan nada, ni a los periodistas –ni locales ni extranjeros– ni a las mujeres”, declaró.
“Las escuelas deben reabrir para las niñas. Pero los talibanes nos han quitado nuestros derechos”, añadió.
Las escuelas de secundarias femeninas están cerradas desde hace más de un mes, y a muchas mujeres se les prohibió volver al trabajo desde que los talibanes ascendieron al poder, a mediados de agosto.
“Mi mensaje para todas las niñas y mujeres es que no tengan miedo de los talibanes, incluso si sus familias no les permiten salir de casa. No tengan miedo. Salgan, sacrifíquense, luchen por sus derechos”, señaló Mohammadi.
“Tenemos que hacer este sacrificio para que la próxima generación pueda tener paz”, agregó.
Algunos de los combatientes talibanes que escoltaban la marcha vestían equipos de combate de camuflaje como chalecos antibalas, cascos y rodilleras, y otros llevaban la indumentaria afgana tradicional.
Iban armados con rifles de asalto M16, de fabricación estadounidense, y AK-47.