El Gobierno nacional autorizó un aumento de tarifas de gas a partir de marzo
Estiman que el impacto final en la tarifa será de entre el 16% y el 17% para los usuarios residenciales y del 14% para las pymes.
Los incrementos aplicados en las boletas de gas y los anunciados en materia de electricidad no reducen los subsidios. La explicación en la nota.
24/02/2022 - 15:10hs
Por Julio De Vido y Roberto Baratta, para el portal Identidad Colectiva
En los últimos días, diferentes medios de comunicación instalaron la noticia de que la firma del acuerdo con el FMI se demora dado que el organismo estaría exigiendo una reducción mas fuerte de los subsidios energéticos.
Los recientes aumentos aplicados en las boletas de gas y los anunciados en materia de electricidad no reducen los subsidios dado que solamente están orientados a mejorar los ingresos de las empresas distribuidoras y transportistas de gas y de electricidad. En este ultimo caso, solo Edenor y Edesur que son las que regula el Estado Nacional.
¿Y por qué no reduce en nada los subsidios energéticos?
Las facturas tanto de gas como de electricidad tienen 4 componentes. El primero de ellos se refiere al valor que se paga por los metros cúbicos de gas o por los KW/h consumidos. El segundo de ellos se refiere al precio asignado a las distribuidoras por su servicio de comercialización. El tercer ítem tiene el mismo concepto que el anterior, pero lo reciben las empresas transportistas tanto de gas como de electricidad. Todo esto constituye la base imponible sobre la cual se aplica el ultimo ítem que son los impuestos nacionales o provinciales.
Para reducir subsidios, lo que hay que variar es el primer ítem, o sea, el valor del metro cúbico de gas o del kW/h.
Pues bien, el anuncio publicado el miércoles pasado en gas y el anunciado, con o sin segmentación, para la electricidad no varía estos precios por lo tanto no reducen subsidios. Y el FMI más haya si avalo o no estas medias, es consciente que no reducen subsidios.
Los aumentos aplicados, y/o anunciados, solo incrementan la renta de las distribuidoras, de las transportistas y por consiguiente, la recaudación impositiva. Es una clara transferencia de ingresos desde el bolsillo de la gente, desde los costos de los comercios e industrias hacia esas empresas. Además, es una transferencia a la AFIP en su recaudación. El Estado decide recaudar vía impuesto y no a través del circulo virtuoso del mayor consumo, mayor demanda y, por lo tanto, una mayor producción. Esto ultimo fue unos de los pilares del crecimiento del poder adquisitivo y del ininterrumpido crecimiento económico durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Hay otras medidas económicas y/o de gestión para reducir subsidios, pero por supuesto toca otros bolsillos.
Siempre hay que recordar que cada quita de subsidios significa menos plata en los bolsillos de los consumidores que deteriora el consumo y la demanda en alimentos, educación, recreación, etcétera.
Cada quita de subsidios, no solo son menores ventas para los comercios e industrias, sino que mayores costos que en su mayoría debe trasladar a precios y/o reducir su personal.
Dejamos para la reflexión, si se trata de una mala comunicación, de desconocimiento, o simplemente es una especie de nado sincronizado entre el FMI y quienes negocian, para dejar contentos también a quienes se llevaron los dólares del escandaloso crédito que el organismo internacional le otorgó al gobierno de Macri.