Finalizó la obra de repavimentación de Camino Centenario
La Dirección de Vialidad bonaerense llevó a cabo el proyecto.
La analista política boliviana Canela Crespo habló en exclusiva con diario Hoy sobre las implicancias que tendrá para la región y para sí mismo el ingreso definitivo del Estado plurinacional al Mercado Común del Sur.
03/12/2023 - 00:00hs
Unas jornadas atrás, a través de estas páginas reflejábamos la información que daba cuenta de una noticia que “sacudió” de alguna manera la política latinoamericana: Bolivia fue aceptado como miembro pleno del Mercosur.
Hace 72 horas, el Senado de Brasil, el último escollo que le faltaba al gobierno del presidente Luis Arce, aprobó el ingreso al bloque que, además, integran la Argentina, Uruguay y Paraguay. Ahora, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva debe promulgar la ley de adhesión de Bolivia como miembro pleno del Mercosur para la cumbre semestral del bloque que se realizará el 7 de diciembre en Río de Janeiro.
Dos de los 81 senadores se opusieron al ingreso de Bolivia. Brasil era el único que faltaba ratificar el ingreso de Bolivia al bloque sudamericano.
Durante la sesión en el Congreso, el senador Chico Rodrigues, del Partido Socialista Brasileño del vicepresidente Geraldo Alckmin, afirmó que la aprobación de la propuesta es importante para “expandir” el comercio en América del Sur.
“No menos importante es la apertura o ampliación del mercado para las empresas brasileñas, con la posibilidad de utilizar energía más barata, recordando que Brasil y Argentina ya son los principales socios comerciales de Bolivia”, dijo.
“El Pleno del Senado de Brasil aprobó el Proyecto de Decreto para la adhesión plena de Bolivia al Mercosur. Agradecemos las gestiones del hermano presidente Lula y al pueblo brasilero por este hito histórico en la integración latinoamericana”, escribió Arce en la red social X (antes Twitter).
“Los pueblos del sur apostamos por la integración para hacer frente a los desafíos que representa la crisis multidimensional que amenaza a la humanidad”, dijo el mandatario boliviano.
En diálogo con diario Hoy, Canela Crespo, analista política boliviana, consideró: “Creo que hay que ver las repercusiones de la incorporación plena de Bolivia al Mercosur en tres ámbitos: el primero es el comercial donde evidentemente se abrirían nuevas oportunidades positivas para Bolivia, a pesar de que se establecen cuatro años para que el país se adecúe a las normas Mercosur; el segundo ámbito es el consular, implica varias ventajas para la población boliviana en cuanto a su movilidad de los países del Mercosur y otras facilidades relativas a documentos personales, de estudios, de negocios”.
“El tercer ámbito que es el más importante es el político que permitiría a Bolivia una participación de mayor peso particularmente porque se habilita su capacidad de voto en algunas instancias. Por lo menos en los próximos dos años un ingreso de Bolivia al Mercosur podría significar un equilibrio, ya que junto a Brasil podría ser la cara progresista del bloque, al menos eso esperamos…todo esto sucede en un panorama donde el progresismo latinoamericano está debilitado primero por los últimos resultados electorales en Paraguay, en Ecuador y sobre todo en Argentina y el debilitamiento de los gobiernos de Chile, de Colombia, la debilidad de las movilizaciones populares en Perú pero también por la lucha interna del movimiento popular en Bolivia”, enfatizó.
Pasaron 16 años para que Bolivia llegue al Mercosur
La discusión sobre la posibilidad de que Bolivia ingresara al Mercosur comenzó durante el primer gobierno de Lula, en 2006, y, en enero de 2007, el bloque aceptó el pedido del país vecino, durante una cumbre celebrada en Río de Janeiro.
Bolivia, que es miembro asociado, necesitará, para adaptarse al Mercosur, adoptar la nomenclatura común del bloque, el Arancel Externo Común y el Régimen de Origen.
Es el primer ingreso de un país al bloque luego de la experiencia registrada por Venezuela, que se unió al bloque, pero fue suspendida desde 2017 por incumplimiento de estatutos.
Los pasos a seguir
Según el protocolo, Bolivia debe adoptar el actual acuerdo normativo del Mercosur de forma gradual, en un plazo máximo de cuatro años a partir de la fecha de ingreso al bloque.
Lo que está claro es que, en 8 días, Luis Arce podrá estar en la cumbre semestral del bloque, que se hará el 7 en Río de Janeiro, ya con el cartel de miembro pleno.
Esa cumbre está llamada a discutir el posible acuerdo Mercosur-Unión Europea, aunque el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, anticipó que propondrá al bloque una reunión con China, país con el que Montevideo pretende avanzar en un acuerdo de libre comercio.
Bolivia puede jugar ahí su parte, porque hace años que es socio de China en la explotación del litio, un mineral que requiere el gigante asiático y del que el suelo boliviano tiene de las mayores reservas del mundo.
Con todo, Bolivia debe atravesar aún una visita de riesgo: el Senado de Brasil aprobó también que una comisión temporal verifique en 180 días la “situación política y social” así como el “cumplimiento de la cláusula democrática” del Mercosur.
En este punto, aparece la interna del oficialismo gobernante, quebrado entre los sectores que responden a Arce y los que encabeza el expresidente, Evo Morales.
El 7 de este mes, el sector “evista” de la Asamblea Plurinacional Legislativa (APL, Parlamento) acordó con los bloques opositores para retener la presidencia del cuerpo, con base en un entendimiento de nueve puntos, entre ellos el “respeto al debido proceso para los presos políticos”.
Opositores brasileños llamaron la atención sobre la admisión de la existencia de “presos políticos” en el país para, primero, demorar el dictamen de comisión —que, de por sí, ya había estado frenado todo el mandato de Jair Bolsonaro—, y, después, imponer la visita de verificación.