El exjuez de Cámara Federal dialogó con diario Hoy sobre la causa de espionaje ilegal de la AFI durante el gobierno de Mauricio Macri. También se refirió a las persecuciones a dirigentes políticos, sindicales y gremiales, y al rol del expresidente y la exministra Bullrich como opositores.
En una charla telefónica con diario Hoy, Carlos Rozanski afirmó que las tareas de espionaje, seguimientos y escuchas que se llevaron a cabo de manera ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri “formaban parte de un plan mayor”.
“El espionaje era un instrumento, como en general suele suceder con las tareas de inteligencia, para una finalidad más amplia. En este caso de la AFI, que comandaba Macri, ya que fue jefe directo de quienes dirigían la agencia, la finalidad era facilitar la implementación del modelo económico que él se había propuesto instalar, y que de hecho así sucedió y se logró”, afirmó el exjuez de Cámara Federal.
En ese sentido, Rozanski contó que las tareas de inteligencia solamente eran una parte de ese plan y que una de las áreas en las cuales necesitaban trabajar tenía que ver con recabar información respecto de distintas personas vinculadas a las actividades más variadas.
“No solo a exfuncionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, no solo a la propia hoy vicepresidenta de la Nación, sino que además se espió a la propia familia del expresidente y a compañeros suyos de actividad política”, dijo Rozanski.
El exjuez aseguró que los espiados también eran los propios del círculo de Macri, porque esta actividad formaba parte de un plan mayor “que era la implementación de un enorme saqueo en el país”.
“El conocimiento de determinada información respecto de personajes, ya no solo de la oposición, sino de su propio entorno político, obedecía a una necesidad de índole mafioso, es decir, se trataba de una organización con características mafiosas en la que la mayor cantidad de información posible era esencial para que, cuando en algún momento hiciera falta, pudieran contar con ella”.
“Eran carpetazos para todas aquellas personas espiadas y para llevar adelante aquellas maniobras de extorsión que consideraban necesarias en ese designio de implementar un plan económico de transferencia de recursos de los sectores más vulnerables a los más poderosos”, aseguró.
El rol de Macri y Bullrich
En cuanto a la actividad que tanto Mauricio Macri como Patricia Bullrich realizan como oposición, Rozanski indicó que “es imprescindible ponerla en contexto”.
“Hay que tener en cuenta que estamos hablando de dirigentes de la extrema derecha argentina, que solamente enuncian ciertos principios democráticos al solo efecto de manipular al sector de población que pueden manipular, como lo han hecho para llegar al gobierno en las elecciones de 2015, luego en el 2017, y que no les alcanzó para ganarlas en el año 2019”.
Asegura que este sector político “siempre ha utilizado la manipulación”. Además, explicó que la forma de comunicar y de entusiasmar a la gente a partir de una crítica “absolutamente infundada y furibunda” contra el actual gobierno tiene que ver con ese posicionamiento (de extrema derecha) para “captar a aquel sector duro de simpatizantes, también de la extrema derecha”.
En esa línea, puso como ejemplo dos apariciones públicas: por un lado, el comunicado que Juntos por el Cambio emitió respecto al asesinato de Fabián Gutiérrez; por otra parte, las declaraciones que hizo Macri el 8 de julio durante la entrevista con Álvaro Vargas Llosa, en las que no solo criticaba al Gobierno, sino que además tildaba de “estúpidas” las medidas que se están tomando desde Nación para enfrentar la pandemia de coronavirus.
También se refirió al tuit de Macri, publicado el 9 de julio respecto del Día de la Independencia, en el que escribió “Libres”. El exjuez de Cámara Federal opinó que es un mensaje “muy violento” viniendo de su parte y a su entender “debe preocupar a todo el sector democrático que no es violento y que afortunadamente es mayoría en nuestro país”.
La persecución a opositores
Rozanski le contó a Hoy que las persecuciones a dirigentes políticos, sindicales y sociales durante el gobierno de Macri estaban “íntimamente vinculadas al modelo económico que se decidieron a implantar”.
Afirmó que “el gobierno anterior no se limitó a perseguir a algunos funcionarios del Poder Judicial, como jueces y fiscales, sino que precisamente avanzó sobre dirigentes gremiales intentando incluso encarcelarlos, como fue el caso de Pablo y Hugo Moyano”.
“En este último caso, lo que hicieron fue enviar a un personaje del Servicio de Inteligencia al propio juzgado de Lomas de Zamora para que encarcele a estos dos dirigentes gremiales, lo cual es una de las tantas pruebas que tuvo esta persecución”, finalizó Rozanski.