El presidente Alberto Fernández dijo ayer en una entrevista televisiva: “La grieta no le hace bien a nadie”.
El oficialismo y la oposición continuaron con los cruces y acusaciones por la modalidad de trabajo de la sesión de la Cámara de Diputados, que convirtió en ley en la madrugada de ayer el proyecto de auxilio al turismo, aunque desde las conducciones de ambos espacios dieron algunas señales de tener la intención de retomar el diálogo para seguir con la actividad del cuerpo.
La sesión que finalizó ayer a las 5 de la mañana fue motorizada por el Frente de Todos y algunos bloques provinciales y cuestionada por Juntos por el Cambio, que anticipó que pedirá su impugnación en la Justicia por considerar que debía ser presencial por no estar vigente el protocolo de sesiones telemáticas.
Durante el miércoles, representantes de los tres espacios que componen la principal bancada opositora -PRO, UCR y Coalición Cívica- trabajaron en la redacción de esa denuncia, aunque fuentes cercanas a su conducción dejaron trascender que “la presentación se demoraría un par de días a la espera de un gesto del oficialismo”.
De acuerdo con el camino por el que transcurrieron el martes las fallidas negociaciones en la comisión de Labor Parlamentaria, la solución podría ser una sesión presencial en un lugar más amplio que el propio recinto y que se le dé a los diputados de grupos de riesgo o que consideran peligrosa su presencia la posibilidad de hacerlo por vía remota.
Ese sistema, “sin la restricción de los temas que se pueden debatir”, podría comenzar a abrir la puerta del acuerdo para trabajar hasta fin de año, teniendo en cuenta que fuentes parlamentarias estimaron que no se podría volver a la normalidad durante 2020.
Al respecto, y enfatizando la intención de diálogo del oficialismo, el presidente Alberto Fernández dijo ayer en una entrevista televisiva: “La grieta no le hace bien a nadie”.