Fernando Galarraga, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, preside también una agrupación dedicada a poner en agenda esa realidad en el marco del Frente de Todos. En diálogo con diario Hoy, el funcionario delineó los principales reclamos que serán plasmados en el proyecto de una nueva Ley de Discapacidad.
Fernando Galarraga es el titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y también el líder de la agrupación 3 de diciembre que, desde dentro del Frente de Todos, pelea por visibilizar y cambiar la realidad de quienes sufren distintos tipos de discapacidades. Galarraga, que hace pocas semanas participó de un foro ciudadano en nuestra ciudad destinado a dar forma al proyecto de una nueva Ley en la materia y, luego, habló ante un millar de militantes de su agrupación, dialogó en exclusiva con diario Hoy sobre los desafíos que se le presentan.
–¿Para qué se creó la agrupación 3 de diciembre?
–La agrupación se creó porque la discapacidad, en general, es una temática invisible, o una agenda de segundo o tercer orden, en todos los ámbitos, no solo en la política. Entonces, es una manera de darle visibilidad dentro de los movimientos políticos y fundamentalmente de nuestro espacio, que es el Frente de Todos. También de salir a bancar la gestión, porque entendemos que la militancia tiene que apropiarse de las conquistas que el Gobierno está generando en esta materia. Y por otro lado, de transversalizar la discapacidad como perspectiva en el accionar político, para que se tenga en cuenta cuando se diseñen propuestas y plataformas.
–¿Cuáles fueron las dificultades que tuvieron para insertar el tema de la discapacidad en el debate político?
–Hay que darle visibilidad al tema, y eso implica debatir e incorporar esto en todas las áreas de Gobierno, pero también en la agenda de los medios, de los partidos políticos, en la agenda empresarial. El otro día me reuní con un grupo de empresarios para sumarlos al desafío de promover la inclusión laboral. Eso implica un cambio de mirada. Si vamos cambiando la mirada, en política también se va a pensar en las personas con discapacidad como dirigentes, como referentes, como potenciales candidatos, funcionarios, legisladores. Creo que en las próximas décadas vamos a ver un mayor número de personas con discapacidad en roles de responsabilidad. Hoy es inexistente.
–Bueno, tuvimos una vicepresidenta, Gabriela Michetti.
–Ella nunca se reivindicó como referente de la discapacidad. De hecho, asumió la temática cuando llegó al cargo de vicepresidenta. Ya en la Legislatura porteña no fue muy activa en la temática. De hecho, durante su gobierno se perpetró uno de los ajustes más fuertes sobre el sector. Nunca fue una referente, al contrario (risas).
–Durante el macrismo imperó una visión más bien productivista, ¿no? El discapacitado tenía que demostrar que no podía. Desde ese lugar se bajaron pensiones no contributivas.
–Se bajaron 170.000 y se congelaron más de 145.000 nuevas solicitudes. El argumento fue que estaban mal dadas, que se daban por corrupción. Son los que siempre se utilizan para retirar al Estado del acompañamiento y la contención social de los sectores más vulnerables. Hubo una mirada estigmatizante y capacitista, y meritocrática. Nosotros ya resolvimos esa temática que heredamos. En lo que va de la gestión ya superamos las 153.000 pensiones otorgadas y se cumplió con el fallo judicial que ya durante el macrismo ordenó al Estado restituir las pensiones quitadas.
–Dentro del Estado, dentro del Frente de Todos, ¿tuvieron resistencia?
–No, la verdad que el Presidente nos respaldó siempre. De hecho, cuando asume Alberto Fernández, una de las primeras decisiones importantes que toma es no desarmar la Agencia y convocar a referentes de la discapacidad y de la militancia, formados en la temática, para ocupar diferentes roles en la conducción del organismo.
Pero, de todas formas, todos sabemos que la discapacidad es un tema que no ha estado como prioridad en los gobiernos y en los espacios de conducción. Hoy estamos dando vuelta esa página.
Hay muchas señales de que nuestro Gobierno se está ocupando, como el respaldo del Presidente a impulsar este debate por una nueva Ley de Discapacidad. Igual, no podemos dejar esto librado a la decisión de Alberto y nada más. Tenemos que cambiar la mirada de manera transversal en todo nuestro espacio político, para que esta conquista perdure y se incorpore al quehacer de las fuerzas políticas y fundamentalmente del Estado, que es la gran herramienta para garantizar los derechos, construir las herramientas de apoyo que se demanden y promover la transformación cultural en toda la sociedad.
–En estos momentos hay un proceso de consulta en todo el país para armar el proyecto para la nueva Ley. Pero imagino que habrá tres o cuatro puntos que son básicos y que sí o sí van a estar incluidos, ¿cuáles son?
–Nosotros partimos de proyectos anteriores que se presentaron y perdieron estado parlamentario, de insumos y pedidos de la sociedad civil que llevan mucho tiempo.
Hoy vemos que hay tres demandas fundamentales. Una es promover avances concretos en la educación inclusiva, es decir, que dejen de existir sistemas paralelos, con educación “común” y educación “especial”. Queremos que masivamente las personas con discapacidad participen del sistema educativo que es para todos.
La segunda demanda es la inclusión laboral. Hoy hay cupos solo en el ámbito público; la demanda es que surja también en el ámbito privado, como en Chile, Uruguay y muchos otros países del mundo. En la Argentina, la Ley de Discapacidad de 1974, que derogó la dictadura, ya lo incorporaba. Queremos volver a tenerlo.
Y la tercera es que haya mecanismos de seguimiento, monitoreo y control, para que todo lo que se escribe en las leyes pueda tener su correlato en una aplicación real.
Después hay otras demandas importantes, como una especie de Ley Micaela de la discapacidad que disponga capacitación obligatoria en todos los niveles del Estado, y el tema de la accesibilidad y las barreras urbanas.
–¿Los gremios y centrales de trabajadores vienen trabajando esta temática hace rato, o es de los últimos años?
–Yo fui secretario de Discapacidad de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) por un tiempo. Después creamos el área en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) Capital. Y llevo casi 30 años de militancia en asociaciones civiles dedicadas a este tema. La CTA (en sus dos variantes) viene hace muchos años trabajando el tema. Eso ha generado que muchos gremios se interesen en la temática y generen sus propias áreas de discapacidad. Todavía es muy nuevo el movimiento, pero va surgiendo.