EN FOCO

La realidad que duele en el alma

"No quiero parecerme a países que echan inmigrantes y dejan morir chicos en las playas". Esta frase no fue pronunciada por el primer ministro de Suecia, de Dinamarca o de Noruega, naciones avanzadas donde no existe la pobreza ni la indigencia. Lo dijo con una voz quebrada –y al borde del llanto- la presidenta de Cristina Kirchner, el mismo día que se conoció la muerte de un adolescente indígena de Chaco, que se encontraba en un avanzado estado de desnutrición (pesaba sólo 11 kilos) y jamás había tenido acceso a un hospital. Era un chico que tenía 14 años y que nació con hambre (su madre también estaba desnutrida), vivió con hambre y murió con hambre. Poco le importó eso a la primera mandataria que, en su discurso, ni siquiera fue capaz de hacer una sola mención sobre esa muerte.

Las palabras de CFK fueron pronunciadas durante un acto en José C. Paz, uno de los municipios de la provincia de Buenos Aires con mayores niveles de pobreza y de marginalidad, donde campean las formas más infames del clientelismo. Junto a ella estaba el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, aquejado por las denuncias de corrupción en su país, y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli

Tras 12 años de gobierno, el kirchnerismo está dejando un país con chicos que se mueren de hambre. Lo más grave es que esto se produce en un territorio plagado de riquezas naturales, con capacidad para alimentar a 400 millones de habitantes. Y con una extensa franja costera, donde los recursos no pueden ser aprovechados (el pescado tiene una potencia nutritiva cuatro veces superior a otras carnes) porque las empresas pesqueras, en su gran mayoría, están quebradas por la política económica del gobierno. Lo mismo sucede con los productores frutihortícolas del Alto Valle de Río Negro, los citricultores de Entre Ríos y los productores trigueros y ganaderos de la provincia de Buenos Aires.

Lo que resulta imperdonable es que el kirchnerismo, durante todos estos años, tuvo la oportunidad de cambiar la historia de la Argentina. Manejó un caudal de recursos que no ha tenido ninguna otra administración gubernamental, y que terminaron siendo dilapidados en clientelismo y corrupción. Al mismo tiempo, se atosigó con una presión fiscal agobiante a todo aquel capaz de darle valor agregado a la economía y generar trabajo genuino. El kirchnerismo jamás tuvo el objetivo de hacer los cambios estructurales que necesita la Argentina para salir del subdesarrollo debido a que la pobreza y la marginalidad le resultaron absolutamente funcional para poder mantenerse en el poder y obtener el voto fácil.

 Ayer, una vez más, la primera mandataria puso de manifiesto que vive en una suerte de irrealidad permanente que sólo puede ser producto de un problema patológico o de un grado un cinismo pocas veces visto. Para ver niños que mueren prematuramente por causas altamente evitables no es necesario irse hasta Siria, Turquía o alguno de los países que, por estas horas, está recibiendo una oleada de refugiados que escapan a los horrores de la guerra en Medio Oriente.

Es más, no sólo hay desnutrición en Chaco, Formosa o Santiago del Estero. En el Conurbano bonaerense y en la periferia de las grandes ciudades de la Provincia, se registran niveles alarmantes de exclusión. Sin ir más lejos, en Berisso, que hasta hace una décadas era una de las ciudades más pujantes en  lo que se refiere al trabajo y producción, una joven madre dejó abandonada a su beba en un zanjón y la pequeña murió de frio, tras lo cual una parte de su cuerpito fue devorado por los perros vagabundos de la zona. ¿Qué sucedió luego de tan aberrante hecho? Absolutamente nada. Todo sigue igual. 

El adolescente aborigen que murió de desnutrición pertenecía a la etnia QOM, cuyos representantes de la provincia de Formosa están acampando desde hace meses en la avenida Nueve de Julio, exigiendo ser recibidos por la primera mandataria. Los QOM vienen denunciando que gobernados feudales alineados con el kirchnerismo, como Gildo Insfrán, los están masacrando para quedarse con sus tierras.  A Cristina le quedan tres meses en la Presidencia, y se está yendo de la peor forma.

“Vamos a seguir denunciando esta injusticia”

El referente de la comunidad Qom La Primavera de Formosa, Félix Díaz, advirtió que "la repuesta" por la muerte del adolescente en el Chaco por desnutrición, "no es lamentarnos" sino seguir "denunciando esta injusticia que padecemos, que sigue trayendo muerte".

"No existe un programa de salud especial para los pueblos indígenas", manifestó Díaz al ser consultado por la muerte del joven de 14 años, que pesaba 10 kilos y sufría neumonía, tuberculosis, meningitis y desnutrición. Además sostuvo, en ese sentido, que está "muy lejos de que la discriminación se retire de nosotros".

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