La recesión se cuela en los barrios

El último bimestre, el consumo cayó un 9%, según reveló el titular del Instituto de Estudio de Consumo Masivo y de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas, Miguel Ángel Calvete, quien apuntó a la devaluación como síntoma de la crisis

Quizá ya le pasó. De pronto usted entra al supermercado de su barrio, ese al que va cada semana y nota algo distinto: mira a la cajera, al repositor, el fiambrero, los saluda como siempre y no hay respuesta. Algo en sus miradas, sus cabezas gachas le anuncia un íntimo sentimiento de tristeza. No insiste más, sospecha la angustia, mira a su alrededor y apenas advierte uno o dos clientes, los de siempre. Comprende ahora aquello que escuchó tantas veces: una imagen vale más que mil palabras. La foto le resulta contundente, mucho más que los números que la explican: el último bimestre, el consumo cayó un 9%, según reveló el titular del Instituto de Estudio de Consumo Masivo y de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas, Miguel Ángel Calvete, quien apuntó a la devaluación como síntoma de la crisis.

Frente a la falta de control estatal (Ver página 3), Calvete advirtió una "fuerte distorsión de precios" y reclamó que "lo que falta en Argentina es tener precios de referencia".

Además, habló de un “retraso” en la cadena de pagos, por lo que pidió que se tomen “medidas de fondo”.

La recesión es eso: el enfriamiento de la economía que afecta a consumidores y comerciantes de barrio. Y que atribula a ambos por igual.