ENTREVISTA EXCLUSIVA

“La violencia institucional es una problemática realmente estructural”

La directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, dialogó con diario Hoy sobre los distintos casos de violencia institucional y de violaciones a los DD. HH. que ocurrieron durante 2020 y aún suceden en el país.

El año pasado fue un año en el que cambió la historia. La pandemia del Coronavirus generó que muchas cosas cambien en nuestro país y en el mundo. El uso del barbijo comenzó a ser diario, descubrimos el teletrabajo, le dimos un uso frecuente a las palabras distanciamiento y aislamiento y también nos tocó vivir en cuarentena y acostumbrarnos a las distintas fases.

Esta situación hizo que todo cambie, sin embargo, en nuestro país lo que no cambió fue la violencia institucional y las violaciones a los Derechos Humanos.

De hecho, el aislamiento permitió que gracias a que había menos personas en las calles (por no decir nadie) y que solo se mueva personal esencial, el personal policial (incluido en esta esencialidad) pudiera abusar de su poder y ciertos gobiernos provinciales puedan tener más libertades en cuanto a restringir a la población a realizar ciertas actividades.

En diario hoy dialogamos de manera telefónica con Mariela Belski, la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, quien nos explicó por qué violencia institucional y violaciones a los DDHH no son cosas distintas, y por qué la violencia institucional es un problema de política pública a largo plazo que excede a los gobiernos de turno. También nos contó cómo avanza la causa de la desaparición de Facundo Astudillo Castro, en la que intercedió Amnistía, y nos señaló cuán preocupante es la situación que aún hoy se vive en Formosa.

Diario Hoy: ¿Cuántos abusos policiales hubo en el país desde que comenzó la cuarentena?

Mariela Belski: No tenemos realmente todos los casos que hubo, pero sí relevamos 30 casos durante la pandemia, en el 2020. De esos casos seguimos trabajando algunos, como el de Facundo Astudillo Castro.

Hay casos en los que seguimos involucradas por una cuestión de que generamos unos procesos por los que Amnistía quedó involucrada con la conformidad de las partes.  Nunca nos metemos en un caso porque sí. Y si nos metemos, porque nos preocupa, necesitamos el consentimiento de los involucrados. Sabemos que son muchos casos y por lo menos nosotros relevamos esos 30 más ahora Formosa.

DH: ¿Y respecto a otros años, la violencia institucional aumentó?

MB: Tampoco lo tenemos relevado así comparativamente, pero sí lo que puedo decir es que, desde la mirada de Amnistía, en nuestro país la violencia institucional es una problemática realmente estructural y que tiene un problema: no tiene un abordaje de parte del Estado de modo continuado y ningún gobierno toma el tema desde el punto de vista de considerarlo como un tema estructural. Entonces, no hay una respuesta estructural que vaya más allá del gobierno de turno.

Cuando estaba el macrismo, se abrazaba a las fuerzas de seguridad y se los premiaba. En la época de Cristina Kirchner había una algo por ahí más correctivo. Este gobierno reconoce que hay una falencia en las fuerzas de seguridad en términos de capacitación y en términos de formación. Como que falta mucho de todo eso. Esto lo digo porque hemos hablado con la ministra de Seguridad (Sabina Frederic) y le preocupa este tema y es un vértice de trabajo que quieren tomar, aunque no sé cuánto lo están tomando o no. Lo cierto es que ningún gobierno lo pudo ver.

DH: ¿Y qué implica que no haya un abordaje de parte del Estado?

MB: Las fuerzas de seguridad, de acuerdo al gobierno que llega, reciben un mensaje distinto: si yo soy un gobierno que te abrazo y te premio (como Patricia Bullrich con los gendarmes del caso de Santiago Maldonado) y a los seis meses viene un gobierno que tiene una impronta en la que no te abraza ni te premia, sino que te denuncia (el actual gobierno denunció al ex director y subdirector de gendarmería, que cumplían su cargo cuando sucedió el caso Maldonado) es un poco desconcertante en algún sentido. Entonces, es muy complejo si vos tenés distintas líneas de trabajo con las fuerzas de seguridad que cambian cada cuatro años.

Es una problemática que requiere de un acuerdo del gobierno y de la oposición también. Y de un plan de trabajo, más allá de los cuatro años de gobierno.

DH: ¿Qué pasó con Facundo Astudillo Castro?

MB: Todavía la familia de Facundo no puede afirmar que las fuerzas de seguridad tuvieron que ver algo con la muerte de Facundo. Pero sí es cierto que desaparece en un contexto de decreto del ASPO y que las últimas personas que estuvieron con él fueron las fuerzas de seguridad. Mal que mal es llamativo. Hay alguna responsabilidad de las fuerzas de seguridad porque solamente estuvo en contacto con fuerzas de seguridad.

DH: ¿Y cómo siguen el caso?

MB: Estamos acompañando a la mamá de Facundo junto a la Comisión Provincial por la Memoria y a los abogados de Facundo y estamos apoyando a la familia en todo lo que necesite para poder llevar adelante todo. Sobre todo en todo lo que tiene que ver con las presentaciones ante organismos internacionales de Derechos Humanos.

DH: ¿Qué pasó y qué pasa en Formosa? Después de la visita de Pietragalla, él dijo que había violencia institucional, pero no violaciones a los DDHH en la provincia. Desde Amnistía fueron contundentes al afirmar que había violaciones a los DDHH. Es como que desde el gobierno nunca dejaron en claro del todo las cosas…

MB: A ver: violaciones a los DDHH no es una cosa y violencia institucional es otra. Que haya violencia institucional es que hay violaciones a los DDHH. En Formosa sí hay violaciones a los DDHH, aunque el gobierno quiera decir que hay violencia institucional, lo que hay es violaciones a los DDHH, las sigue habiendo. Las hubo desde agosto del año pasado cuando, en primer lugar, no dejaban entrar a las personas a las provincias y las tenían varadas en la ruta. Nosotros, a partir de ahí, empezamos a recibir denuncias vinculadas a eso. Eso fue como la primera situación…

DH: Sí, la primera llamada de atención. El primer alerta…

MB: Exacto. Eso fue, más o menos, hace ocho meses. Después vinieron las detenciones compulsivas en centros de aislamiento. Y desde el viernes 5 de marzo hubo represión en las manifestaciones. Todo eso son violaciones a los derechos humanos. Y la verdad es que nos preocupa, se sostiene en el tiempo, son muchos meses y venimos conversando con distintas personas y víctimas que nos cuentan de qué son objeto en la provincia.

Según pudimos relevar, hubo más de 100 personas que resultaron heridas, 80 detenidas, hubo heridas de balas de goma, impactos en los ojos, hay una víctima a la que le quebraron la retina.

Relevamos que hubo tiros a la cara, al cuello, al pecho, a los brazos…y en general lo que dice el Derecho Internacional en Derechos Humanos es que cuando vos tiras gases lacrimógenos o balas de goma tiene que ser de la cintura para abajo y eso las fuerzas lo tienen que saber. Es el ABC de los protocolos de Naciones Unidas para el uso de la fuerza que el gobierno los conoce y los tiene.

La realidad es que hay una situación muy preocupante en Formosa y que tiene que ver con que, nosotros hablamos con las víctimas, el enojo de ellos es que no pueden trabajar, que no empezaron las clases por menos de 40 casos.

Entonces es como una provincia que está como totalmente aislada del país. En todo el país empezaron las clases, en todo el país la gente sigue trabajando y en Formosa, por 40 y pico de casos, se vuelve a la fase 1.

Las personas tienen miedo porque no saben si van a volver a estos centros de alojamiento o centros de atención sanitaria porque no saben, no se les notifica qué decisión se va a tomar.

DH: Bueno, de hecho en Clorinda están peor porque los clorindenses no pueden salir de la localidad y hay personas que son pacientes oncológicos y no pueden ir a atenderse a Formosa Capital y se mueren sin atención, pero sí entran personas desde Paraguay al país, por la frontera ilegal, para contrabandear. Van y vienen y eso no se cierra. Si es que quieren disminuir los casos, aún no tomaron esa medida…

MB: Eso es lo más paradigmático porque uno sabe que en Paraguay hay una situación tremenda en este momento. Muy parecida a la de Formosa. El mismo viernes que ocurrió lo de Formosa, en Paraguay hubo una gran represión, renunció el Ministro de Salud por el tema del Covid-19 y se sabe que la cepa de Brasil pasó a Paraguay y por eso pasó todo lo que pasó. Pero ponele que el temor de Formosa fuera que no llegue la cepa brasilera a la Argentina… ¿Por qué no lo dicen? ¿Por qué no explican todo eso?

Es muy particular lo que pasa en Formosa. No terminamos de entender. Como que hay muchas cosas que no terminan de ser explicadas. Y también hay una realidad: quienes salieron a marchar en Formosa, que es una provincia donde no suele pasar eso, son todas personas más bien jóvenes. Es como que hay una revolución de los jóvenes, en algún sentido, porque están hartos, porque se cansaron, porque no hay respuestas, porque viven rodeados de miedo…

DH: ¿Y qué hablaron con el gobierno cuando se reunieron con (Horacio) Pietragalla, (Santiago) Cafiero y (Andrea) Pochak?

MB: Nosotras nos mantuvimos mucho en nuestra postura clara de que había violaciones a los DDHH. Tuvimos posiciones diferentes, pero nosotras fuimos contundentes. Pero más que Pietragalla, el que habló bastante ahí fue Cafiero y él sí reconoció que la situación era delicada. De hecho, el día anterior Cafiero se había reunido con el gobierno formoseño y habían hecho una mesa de trabajo con el Ministerio de Salud de Nación y el de Formosa.

La verdad es que el gobierno se puso un poco al hombro el problema. Se pusieron a trabajar de manera conjunta para canalizar la situación y de hecho se cerraron los centros y hoy no llegan, creo, ni a 1.500 personas en esos centros, cuando había muchísimas más. Fueron cerrando los centros y se fueron habilitando las salidas de las personas a hacer las cuarentenas en sus casas. La realidad es que hubo cambios. Sigue habiendo problemas, pero en la capital de Formosa hubo cambios, a raíz del diálogo entre el gobierno nacional y la provincia.

DH: ¿Pudieron hablar con el gobernador Gildo Insfrán o algún funcionario del gobierno de Formosa?

MB: Nosotros pedimos reunión con Insfrán desde el primer momento, jamás nos la dio y jamás la provincia nos dio reunión. Sí nos contestaron unos pedidos de información que hicimos, hace poco. Hicimos varios pedidos de información y nos contestaron.

DH: ¿De qué otras provincias recibieron denuncias de centros de aislamiento y similares a Formosa?

MB: De la única que hemos recibido es de Formosa porque ninguna provincia ha tomado medidas tan extremas. Formosa tomó las mismas medidas que tomó El Salvador, Nicaragua y Paraguay, pero no hay ninguna provincia en Argentina que tomó esas medidas tan extremas como tomó Formosa.

DH: ¿Y denuncias de violación institucional/policial?

MB: De violencia institucional hemos recibido de casi todas las provincias y de la Ciudad de Buenos Aires. De Tucumán, de Salta, de Chubut, de provincia de Buenos Aires.

DH: ¿De Jujuy no?

MB: No.

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