Larreta, Vidal y el hábito de la mentira

La admisión de lo que se sospechaba como una relación extramarital del jefe de Gobierno porteño se inscribe en una larga serie de traiciones a la palabra empeñada. La exgobernadora, que supo ser “orgullosamente bonaerense”, dibuja las cifras de obras en escuelas y parece que también las de sus declaraciones juradas.

"Si un hombre miente a su esposa, me mentirá también a mí. Si es capaz de romper el juramento nupcial, será capaz de romper su juramento al servicio público”. Con estas palabras, que publicó en redes sociales y que atribuyó a un expresidente estadounidense, la exesposa de Horacio Rodríguez Larreta, Bárbara Diez, se refería hace un mes a lo que el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) admitió públicamente el miércoles por la noche, en una entrevista televisiva en un medio amigo: que mantiene una relación con una mujer mucho más joven que él, Milagros Maylin, a la que colocó en un cargo en el gobierno porteño (por entonces, diario Hoy anticipaba la identidad de Maylin, que era mantenida en secreto).

Admitida o no, una infidelidad es algo que pertenece al ámbito privado. Salvo porque, como afirmaba en su cita la exmujer de Larreta, la actitud de ocultamiento y falsía que requiere mantener el secreto puede contaminar, cuando se trata de una personalidad pública, su actividad, justamente, pública. Y en el caso del porteño, que además aspira a ocupar la presidencia de la Nación a partir de diciembre del año que viene, no es (ni con mucho) la primera vez que elige faltar a la verdad, mentirles a los argentinos.

Es una característica que comparte con María Eugenia Vidal, actual diputada por la Capital Federal, exgobernadora bonaerense y ex “orgullosamente bonaerense” (ver aparte). Quizás no sea coincidencia que ­Maylin haya sido funcionaria de su gobierno, en la provincia de Buenos Aires, antes de sumarse a la administración porteña.

Horacio Rodríguez Larreta habló de supuestas recomendaciones de especialistas para abrir las escuelas y aligerar las restricciones en la peor etapa de la pandemia de Covid-19. El consenso científico era el opuesto.

Horacio Rodríguez Larreta dijo que el ritmo de endeudamiento de la gestión de Mauricio Macri, que tomó la deuda de 44.000 millones de dólares que el actual Gobierno debió renegociar porque resultaba impagable, fue “igual o menor” que el de la administración de Alberto Fernández.

Horacio Rodríguez Larreta dijo que la Policía de la Ciudad no tiene casos de gatillo fácil. En un solo año (2017) tuvo 24.

Horacio Rodríguez Larreta dijo que la salud era una alta prioridad de su gobierno. La misma Policía de la Ciudad reprimió salvajemente a enfermeros y enfermeras que reclamaban por su situación laboral frente a la Legislatura.

Horacio Rodríguez Larreta dijo que durante otra salvaje represión de la misma Policía, la que tuvo lugar en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, “no hubo un solo manifestante herido”.

Horacio Rodríguez Larreta dijo que la educación es “un tema de vida o muerte” para su administración. Pero le dedica un tercio del presupuesto que destina a hacer publicidad en medios.

Y es que todo esto no sería posible sin un fuerte blindaje por parte de medios y periodistas que son serviles, que no indagan, que no repreguntan, que ofician de mera vidriera para el discurso del jefe de Gobierno. También lo señalaba Bárbara Diez en su mensaje en las redes.

“Acallaron y taparon. Me resigno a creer que da lo mismo. No debiera ser esta pequeña quien pone luz. Pero pasó el tiempo y el silencio es cómplice”, afirmaba. “Basta ya de mentir. Merecemos más. Merecemos verdad”, añadía la ex de Larreta en su mensaje. Y criticó “la hipocresía de los que se supone nos debieran informar”.

La revelación de que existía el affaire no sorprende. Lo que nunca deja de sorprender es, quizás, la forma en que algunos medios procuran siempre salvar a Rodríguez Larreta, sacarle las papas del fuego. Todo lo contrario de lo que el periodismo debería ser.

Números que no cierran

No hace muchos días, diario Hoy daba cuenta de que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, había tratado a María Eugenia Vidal de mentirosa porque afirmó que durante su gobierno había estrenado 131 nuevas escuelas. “No sé a cuál Vidal creerle: a la que miente ahora o a la que mintió en el debate del año pasado”, dijo entonces Kicillof, en referencia al debate preelectoral en el que la exgobernadora afirmó que había construido 65 escuelas durante su gestión.

Probablemente no se le pueda creer a Vidal en ninguna de las dos ocasiones, ni en ninguna otra. Ahora que fue denunciada por la extrañísima forma en que adquirió un departamento en el barrio porteño de Recoleta, se ve que en sus declaraciones juradas los números son tan fluctuantes como en sus discusiones sobre obras en escuelas. Esta inconsistencia matemática es lo que, en el caso del departamento, motivó la sospecha de un enriquecimiento ilícito. La denuncia fue promovida por el abogado Yamil Castro Bianchi.

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