Manotazos y desplantes en medio de la crisis

El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, vuelve de Washington con un sabor agridulce: las negociaciones con el FMI marchan más lento de lo esperado y, con suerte, recién a fin de mes, el Fondo resolverá si decide o no adelantar el total del préstamo por US$50.000 millones acordado en junio pasado.

El ministro de Economía, Nicolás Dujovne, vuelve de Washington con un sabor agridulce: las negociaciones con el FMI marchan más lento de lo esperado y, con suerte, recién a fin de mes, el Fondo resolverá si decide o no adelantar el total del préstamo por US$50.000 millones acordado en junio pasado. 

En medio de la crisis, la incertidumbre se acelera frente la negativa del Gobierno a dar detalles sobre el “nuevo” acuerdo. El terreno es fértil para rumores de todo tipo como los que circularon ayer: un posible pedido de ampliación del préstamo al FMI, pero también el intento de encontrar financiamiento en otros organismos internacionales o países, incluido el Tesoro de los Estados Unidos.

Luego, el ministro tuvo que salir a desmentir las versiones. Pero, en tiempos en que la palabra oficial está tan devaluada, la duda quedó instalada. Como el valor del peso, como la economía, recuperar la confianza llevará tiempo. Tiempo que hoy, más que nunca, es oro.