Formalizaron el nombramiento de Marina Moretti al frente del IPS
La dirigente de La Cámpora se desempeñaba en Anses.
Los dichos de Julio Garro en la reunión de la mesa antisindical manchan su gestión y recuerdan los peores tiempos de nuestro país, en donde la impunidad y la violencia eran parte del cotidiano de quienes ostentaban el poder en los distintos estratos de gobierno.
21/01/2022 - 00:00hs
Cerca de cumplirse 40 años ininterrumpidos de democracia en nuestro país, cuesta creer que las noticias que ocupan las tapas de los diarios hablen de que los representantes elegidos por el pueblo en las urnas hayan optado por prácticas propias de los gobiernos dictatoriales para tratar de perpetuarse en el poder.
Eso es lo que queda en evidencia con las maniobras que realizó Cambiemos para destruir a sindicalistas que no les eran funcionales, iniciativas promovidas por Mauricio Macri (a nivel nacional), por María Eugenia Vidal (a nivel provincial) y, lo más preocupante para los platenses, por el intendente Julio Garro.
Los dichos que tomaron estado público tras la viralización del video de la reunión de la mesa antisindical en las oficinas que la entidad crediticia bonaerense tiene en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dejan flotando una pregunta que preocupa e inquieta a los habitantes de la ciudad de las diagonales: ¿en manos de qué clase de persona está el destino de los platenses?
El video muestra cuando Garro tomó la palabra en la “reunión de trabajo” y dejó muy claro que, para realizar ese tipo de acción, deberían tener garantizada la impunidad necesaria, dejando entrever que era una maniobra non sancta.
“Necesitamos trabajar muy coordinadamente para poner la cara y avanzar, garantizándoles la protección que van a necesitar y que nosotros mismos vamos a necesitar” afirmó el intendente, quien fue por más y sentenció que hay que “hablar claramente con la bala arriba de la mesa y contar lo que nos pasa”.
Más adelante recordó que en los “400 millones de asados que tuvimos, de lo único que se hablaba era de esto (el problema sindical)”, y apuró a sus compañeros de mesa al recalcar que “tenemos que aprovechar esto ahora porque, si no, no lo vamos a solucionar más. El destino y el futuro nos pusieron en este lugar, esto que está pasando ahora no lo podemos tener nunca más”.
Finalmente, buscó darle un marco organizativo a la movida antisindical preguntando: “¿Cómo se imaginan poder planificar este trabajo de ahora en adelante? ¿Quién es el responsable de llevarlo adelante? ¿Quién es el que va a hablar? Digo, va a ser el nexo de la planificación. Pongámonos a laburar desde la semana que viene, a partir del lunes con cinco o seis hechos puntuales”.
Las intervenciones del intendente buscando impunidad, negociando con “la bala arriba de la mesa” y apurando las acciones para aprovechar el momento no se corresponden con la investidura que tiene. Por el contrario, debería reflejar en sus acciones la confianza emitida por un pueblo que lo eligió y en el que claramente Garro no piensa.
Las pintadas previas a las elecciones de 1983 que marcaban “Democracia o Dictadura” parecen no haber sido demasiado claras para el jefe comunal platense, que las interpreta a su PROpio modo, como dictadura en democracia.