La cocina política // Elecciones 2017

Pobre María Eugenia

Desde el mismo momento en que se conocieron las candidaturas de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires quedó claro que todo iba a depender de María Eugenia Vidal. La gobernadora es hoy, por lejos, la figura más popular y convocante que tiene el oficialismo, no solo en territorio bonaerense, sino también a nivel nacional. Por eso, no tuvo otra alternativa que ponerse la campaña al hombro, participando activamente de las recorridas y actividades de varios de los candidatos que, además, en su mayoría, son prácticamente desconocidos para gran parte del electorado.

Ahora bien, lo que seguramente no se imaginó la mandataria provincial es que tendría que hacer frente a los papelones protagonizados por algunos de los integrantes de la lista de Cambiemos, especialmente los de Esteban Bullrich, quien hoy compite contra la principal figura de la oposición como es Cristina Fernández de Kirchner.

En las últimas semanas, Bullrich cometió una seguidilla de desaguisados. “El camino que hemos emprendido, todos los días tiene un metro más de asfalto, una sala más y un pibe más que está preso”, dijo días atrás el precandidato a senador. Tal vez consciente de que había metido la pata, Bullrich intentó reivindicarse: “La Policía, que antes era sospechosa, puso preso a otro delincuente que está acusado de ser parte de una red de corrupción”, señaló, sin especificar a qué delincuente ni a qué red de corrupción se refería.

A fines de julio, Bullrich no tuvo mejor idea que utilizar la consigna “Ni Una Menos” para justificar su postura de rechazo a la legalización del aborto. “Ni Una Menos también es si hay una beba adentro... porque la están matando”, dijo el precandidato cuando fue consultado sobre su postura con respecto al movimiento de mujeres que luchan contra la violencia de género y, puntualmente, por el derecho a decidir sobre el embarazo. 

Dos semanas antes de esos dichos, Bullrich había sugerido a los miles de despedidos bonaerenses que busquen sus propios proyectos y puso como ejemplo el de las cervecerías artesanales. “Ahora en La Matanza y en otros lugares del Conurbano, los emprendimientos de las cervecerías artesanales están creciendo muchísimo”, manifestó.

En tanto, en marzo pasado, cuando era ministro de Educación de la Nación, Bullrich había recibido duras críticas porque, durante su visita a la casa de Ana Frank, dijo que “sus sueños quedaron truncos, en gran parte por una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia”. La expresión recibió un amplio repudio al considerar que el extitular de la cartera de Educación cuestionó a “la dirigencia” en general en lugar de rechazar enérgicamente el régimen nazi y el genocidio que este cometió, en el que murieron seis millones de judíos, Ana Frank entre ellos.

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