“Se le ha atribuido a Evo Morales ser el golpista y se ha demostrado que el golpista es quien lo amenaza”

Canela Crespo, analista política y militante del MAS, habló con diario Hoy luego del intento de golpe de Estado comandado por Juan José Zúñiga. El futuro del partido oficialista con la propia interna, la situación del expresidente y el avance libertario también en Bolivia.

Ahora que las cosas ya están más calmadas, se puede permitir hacer una reflexión sobre lo que ha pasado en Bolivia con el intento de golpe de Estado sufrido por el gobierno que encabeza Luis Arce. Diario Hoy dialogó con Canela Crespo, analista política y militante del MAS, quien consideró “que hay elementos bizarros en todo lo que pasó que deberían ser explicados”.

“Se ha jugado con el sentimiento de la población porque lo que ocurrió en 2019, volver a ver esas imágenes fue muy duro, no habíamos visto militares en las calles, y esta actitud intimidatoria en la plaza Murillo con tanques, armas largas no ha sido poca cosa, ha habido una convulsión muy fuerte”, comenzó relatando la joven.

Crespo dijo entonces que “el comandante Zúñiga viene siendo protagonista de la agenda política porque el 24 de junio dio una entrevista en un medio con mucha repercusión en la que hizo una amenaza con detener a Evo, habló de los “malos bolivianos”, del enemigo interno, y ese contexto es en el que se inaugura este hito, y sucede que se genera una operación mediática para indicar que Zúñiga sería destituido, se desmiente porque aparece en un acto como comandante, entonces ahí hay que pensar que hubo una pasividad del gobierno en estos días, viendo que se estaba amenazando al dirigente más importante, y no hubo una respuesta. Nosotros hemos denunciado que existió un silencio cómplice y sucede la consumación de este hecho”.

En ese sentido, la analista política consideró que “hay elementos bizarros que deben ser explicados. Al haber sido un hecho fallido, Luis Arce sale fortalecido por el acompañamiento internacional que recibió y porque evidentemente, en una lógica de coherencia, todas las fuerzas políticas nos hemos pronunciado. De hecho, Evo Morales da la alarma de los movimientos militares y se da la vigilia y todos se posicionan en contra del movimiento militar en la plaza Murillo, no hubo un apoyo civil”.

“Creo que ya después del golpe del 2019 hemos visto un muy fuerte desgate del sistema democrático, el gobierno está en su peor momento; de hecho, las últimas encuestas hablan de que este mes la aprobación cayó un 28%, y eso se explica por la crisis económica, institucional y política”, enfatizó.

En términos electorales y teniendo en cuenta que en poco más de un año habrá elecciones en Bolivia, Crespo consideró que, hoy por hoy, “hay mucha injerencia en el órgano electoral para inhabilitar a Evo Morales como candidato, porque ellos no están gobernando con leyes o normas, sino con sentencias constitucionales de los jueces que debieron terminar mandato en diciembre y se genera una sentencia para prorrogar su mandato, la elección judicial, y se viene pateando desde hace mucho tiempo”.

“La crisis política con Evo, al que se le ha atribuido ser el golpista, se ha demostrado que el golpista no es Evo Morales, sino quien lo amenaza, y creo que es importante recalcar que en todas las circunstancias las demandas han sido por las vías democráticas y que Evo ha planteado ir a unas primarias, y la respuesta de los jueces autoprorrogados ha sido decir que no está habilitado”.

La grieta del campo popular y el avance de la derecha

“Hay una tendencia fuerte del avance de la derecha. A noso­tros nos influye culturalmente y políticamente lo que pase en Argentina porque estamos muy cerca. De hecho, se ha fundado el Partido Libertario Boliviano, y cuando hacemos escuchas de redes sociales se nota cuánto se habla del libre mercado, con las mismas frases de Milei, pero es difícil que eso pueda convertirse en una candidatura porque ­quienes están siguen siendo las viejas derechas, los que tenían poder antes de Evo, como el alcalde de Cochabamba, que a principio del año 2000 protagoniza este suceso de querer privatizar el agua. Las nuevas generaciones no recuerdan que fue alcalde, pero no hay una figura mediática que aglomere esto que se está gestando, pero no hay que descuidarse”, señaló.

Crespo añadió, además, que “en este momento creo que no va a haber una apertura del actual gobierno hacia el MAS, ya hemos visto declaraciones del ala arcista diciendo que Evo podría estar implicado, la construcción del relato se hace de esa manera cuando nosotros hemos sido valientes y no nos hemos escapado durante el golpe a Evo y nos ha costado vida, sangre, hemos estado en las calles; y por otro lado, estamos en una situación económica compleja, y eso no se olvida porque se siente todos los días”.

La entrevista en la que se avecinaba el golpe

“¿Hay un militar dispuesto a matar a Evo Morales?”. Es 24 de junio de 2024 y la ­periodista Jimena Antelo abre así el programa No mentirás, del canal de televisión abierta PAT TV.

Tres días atrás, Evo Morales había acusado al comandante del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, de elaborar un plan para matarlo. Antelo entrevistó a Zúñiga, que 48 horas después sería detenido por intento de golpe de Estado.

“El militar, cuando entra al Colegio Militar, está dispuesto a perder su libertad, a caer preso ante la Justicia”, dice allí Zúñiga, y completa: “El militar sabe que en algún momento puede caer, ser víctima y entregar su vida a su patria”.

La periodista le pregunta: “¿Eso quiere decir, general, que Juan José Zúñiga está dispuesto a ir preso y está dispuesto a morir?”. A lo que el entrevistador responde: “Así es, el militar está consciente de eso, que puede entregar su vida o puede ir ­prisionero, y más aún cuando uno es comandante, sabe que está con un pie en el abismo”.

El comandante habla de la defensa de la Constitución y del Palacio Quemado en la lengua de la fe. La Biblia fue el texto que el exgobernador de Santa Cruz Luis Camacho, llevó a la casa de gobierno en diciembre de 2019 para pedir la renuncia de Morales, episodio clave en la concreción de aquel golpe de Estado.

La entrevista tiene como principal ­hipótesis que Morales es el desestabilizador del gobierno de Arce. Zúñiga dice: “A esos señores no les interesa la patria, los niños o la sociedad, les interesa la plata, los ­negocios, son verdaderos demagogos que se han hecho cargo en su momento del país. Son verdaderos vándalos que

viven de la política, vándalos que han ­creado una estructura en el Estado y han hecho un modo de vida de nuestro Estado (...). Evo Morales es uno de los malos ­bolivianos”.

La periodista se toma su tiempo para mostrar a Zúñiga como un buen padre de cinco hijos que antepone la patria a la ­familia. El militar dice que su misión es hacer cumplir la Constitución y asegurar que Morales, quien estaría impedido por la carta magna, no vuelva a ser presidente del país.

Finalmente, Antelo le consulta: “¿Cómo haría cumplir la Constitución?”. “Nosotros somos un brazo armado del pueblo, un brazo armado de la patria”, dice Zúñiga.

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