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En la octava jornada declararon los especialistas que peritaron las prendas de los rugbiers y aseguraron que tenían manchas hemáticas además de ADN de Fernando
12/01/2023 - 00:00hs
En la octava jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, las personas que declararon ante los jueces complicaron todavía más a los ocho acusados. En este caso, brindaron su testimonio los agentes especialistas que extrajeron material de los celulares de los rugbiers y los peritos que realizaron trabajos en la ropa incautada.
La primera en sentarse frente a los magistrados fue Graciela Noemí Parodi, de la Policía Científica. Indicó que el calzado marca Cyclone, que presuntamente fue utilizado por Máximo Thomsen durante la noche del 18 de enero de 2020, presentaba presunto tejido humano. Además, explicó cuál fue la técnica utilizada para analizar las más de 20 prendas.
En ese marco, en el primer piso de los tribunales de Dolores, se refirió al trabajo realizado sobre cerca de 100 prendas secuestradas tanto a los acusados como también a la víctima. Sobre los rasgos, detalló que en al menos 13 y en las zapatillas de los acusados se encontró ADN de Báez Sosa, y especificó que tres de las muestras analizadas tenían “manchas rojizas”.
Por otro lado, Parodi también identificó un jean que le pertenece a Ciro Pertossi con otras pintas del mismo color y señaló que en el dedo meñique izquierdo de Fernando se hallaron vestigios de ADN de Blas Cinalli. Por último, encontró presunto tejido hemático (PTH) en una camisa blanca, un pantalón de gabardina marrón, otro gris y una camisa de mangas cortas.
Más pruebas contra los acusados
Posteriormente, declaró Norma Beatriz Tramontini, del Laboratorio Químico de la Policía Departamental de Dolores, quien precisó que dos evidencias obtenidas de la zapatilla derecha de Thomsen arrojaron tras su análisis resultado positivo para sangre humana. Mientras, otra mancha hallada en el lateral derecho de la izquierda no puso ser peritada porque “era muy pequeña”.
Luego Tramontini detalló que analizó más de 30 muestras obtenidas en el lugar del asesinato y señaló que fue ella quien le realizó el examen toxicológico a Báez Sosa, advirtiendo que, de las tres muestras recibidas, solo fue analizada una, que arrojó 0.7 gramos de alcohol por litro de sangre.
El juicio continuó con los testimonios de los efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA), encargados de extraer y analizar los casi dos terabytes de información alojados en los nueve teléfonos celulares, secuestrados a los acusados al momento de su detención.