Importante robo y destrozos en un colegio de El Mondongo
Un grupo de delincuentes se alzó con dinero en efectivo, computadoras y otros elementos de valor. Además generaron roturas en el mobiliario. La Policía, ausente.
La delincuencia en La Plata avanza a pasos históricos y desmedidos y no deja nada librado al azar, convirtiéndonos así a todos en víctimas. Pese a estar en período de vacaciones, con nula actividad, una escuela de la ciudad fue visitada por un grupo de ladrones, que no solo se apoderaron de dinero, computadoras y otros elementos de valor, sino que también causaron destrozos en el mobiliario. Lo más grave del asunto es que se dieron a la fuga y hasta el momento las autoridades de la Fuerza no pudieron ubicarlos, por lo que hasta el cierre de esta edición permanecían prófugos.
En esta oportunidad, el blanco elegido por los hampones fue el colegio número 17 ubicado en las calles 69 y 115 del barrio El Mondongo. De acuerdo a los voceros, el ilícito se perpetró durante el fin de semana, cuando en el establecimiento no había nadie.
Los intrusos, una vez adentro, se adueñaron del efectivo que hallaron pero, no conformes, también se robaron notebooks y materiales de interés para los alumnos y los profesores. Con todo el botín asegurado tampoco se fueron, ya que se dedicaron a causar diferentes roturas, como las de vidrios.
Un barrio castigado
Algunos de los padres de los chicos que allí asisten resaltaron: “Destrozaron todo, revolvieron cada rincón, fue un desastre”. Otros señalaron que “estaba toda la papelería tirada” y todos se pusieron de acuerdo en aseverar que hace falta la colocación de alarmas.
El robo fue descubierto en la mañana de este lunes y, pese a la denuncia radicada en la comisaría Novena, hasta el momento los malvivientes siguen en la clandestinidad.
Lejos de tratarse de un caso aislado, los vecinos de El Mondongo llevan años lamentándose por la inseguridad en la zona, con diferentes ataques de todo tipo. “Acá se cansan de robar: en edificios, en casa mediante escruches o entraderas, en comercios, y ni hablar de los motochorros. Para colmo, cuando vamos a hacer la denuncia no nos atienden o nos dejan esperando cinco horas, mientras los policías charlan entre ellos”, se resignó un residente del área.