Ciudad sangrienta: tres crímenes en una semana
Eduardo Chantada en Villa Elisa, Daniel Aguilera en Melchor Romero y Norberto Herrera en el centro fueron asesinados con apenas horas de diferencia. Alarmante ascenso de la violencia en la región.
Actuaron siete hombres fuertemente armados que sometieron a dos nenes y tres adultos. Les robaron pesos y dólares. Antes de irse, dijeron: “Si llaman a los milicos, volvemos y los matamos a todos”.
16/02/2021 - 00:39hs
Nuevamente, el sector oeste platense, más precisamente el de las quintas, fue blanco de un brutal y despiadado ataque perpetrado ayer a la madrugada por un grupo comando de al menos siete delincuentes fuertemente armados.
Estos envenenaron a cuatro perros, matando a tres, le reventaron la cabeza a culatazos a una de las víctimas y destrozaron cada rincón del lugar, en búsqueda de un dinero que terminaron llevándose. Como si fuera poco, antes de darse a la fuga, amenazaron a los allí presentes con un mensaje contundente: “Si llaman a los milicos, volvemos y los matamos a todos”.
El cobarde asalto tuvo lugar entre la 1.30 y las 2, en una vivienda de la ruta 36 y 521, hasta donde llegaron los hampones “con armas de grueso calibre y encapuchados”, de acuerdo a un vocero consultado.
La dueña del campo, que no se encontraba en el mismo ya que actualmente lo tiene en alquiler, contó, en exclusiva para Trama Urbana, que fueron sus inquilinos los damnificados. Se trata de un matrimonio y sus hijos: una niña de 12 años y un nene de cuatro. “Para entrar, mataron a tres de los perros que tengo en la parte delantera de la casa, justamente para impedir el paso a extraños; y luego barretearon una ventana”, explicó.
Una vez en el interior, maniataron a las víctimas y al hombre le “pegaron cuatro culatazos”. Pero, no conformes, “rompieron y revolvieron todo, ropa, muebles, todo, buscando plata”. Así, se alzaron con un importante botín (una importante suma en dólares y $20.000) y también con el celular de una quinta persona que estaba presente, “un trabajador golondrina que vino desde Jujuy y que lo único que tenía era el teléfono”.
Ya con el botín asegurado, los cacos resolvieron escapar, no sin antes advertirles a los damnificados que se quedaran callados y no realizaran la denuncia, o de lo contrario regresarían para matarlos. “No se llevaron televisores ni electrodomésticos, sí celulares. Lo que querían era dinero, fueron a buscar eso. También intentaron robarse un auto, pero no pudieron encenderlo y se apoderaron solo de la llave”, continuó la propietaria del inmueble.
“Zona liberada”
La propietaria de la quinta, indignada, apuntó directamente contra la fuerza policial: “Es una vergüenza la falta de seguridad que tenemos, una falta de comprensión, de respeto y de cuidado de parte de las autoridades. Me da a pensar que es una zona liberada y que la Policía esta en connivencia con los delincuentes. No puede ser que, después de tantos hechos delictivos que hubo en la zona, no se haya podido dar con los responsables. Jamás pasa un patrullero por la ruta 36. Se quedan debajo de los arboles, tomando mates, en las esquinas, mandando mensajes de texto”.
Siguiendo por esa línea, argumentó: “Yo pago mis impuestos como corresponde y necesito que me den seguridad”. Sin dudar, aseveró: “Esta zona de Lisandro Olmos, Abasto, Etchevery está liberada. No puede ser que las autoridades que nos deben cuidar no puedan hallar a los culpables. No tenemos ningún tipo de protección. Somos gente trabajadora, contribuimos al crecimiento del país, de la economía y nadie nos cuida”.
Por último, indicó que realizaron la denuncia y dijo: “Nos hicieron esperar cuatro horas, habiendo sido víctimas de un asalto. Nos ningunean no solo los ladrones, también las autoridades”.
Por estas horas, los investigadores del caso intentan dar con los implicados, pero no hay pistas firmes para ubicarlos, ya que en el área no hay cámaras de seguridad. “Es probable que se trate de la misma banda que viene actuando en el último tiempo, con entraderas sumamente violentas en las que incluso abusaron sexualmente de una adolescente”, admitió un pesquisa.
La causa recayó en la UFI en turno y fue caratulada como “robo doblemente agravado por el uso de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda y lesiones”.