Johana Ramallo: elevan a juicio un tramo de la causa por el femicidio con ocho imputados
Los implicados están acusados de integrar una organización criminal que operaba en la zona roja de La Plata al momento del crimen de la joven.
Ocho personas serán sometidas a juicio oral como acusadas de integrar una organización criminal que operaba en la zona roja de La Plata al momento del crimen de Johana Ramallo, la joven desaparecida en 2017 en un contexto de trata de personas y cuyo cadáver mutilado fue hallado en agosto de 2018 en Berisso.
Así lo dispuso el juez federal 1 platense, Alejo Ramos Padilla, quien hizo lugar al requerimiento firmado por las cuatro fiscales que intervinieron en la investigación: María Roteta, del fuero federal; Mariela Labozzetta, de la Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM); María Mángano, de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex); y Patricia Cisnero, fiscal coadyuvante de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
Uno de los enjuiciados será Carlos “Cabezón” Rodríguez, quien está procesado por comercio de estupefacientes, explotación sexual de varias mujeres, promoción y facilitación de la prostitución ajena, encubrimiento agravado y falso testimonio. Otro será Hernán D'Uva Razzari por los delitos de explotación sexual de quien fuera su pareja, encubrimiento agravado y falso testimonio.
Además, Hernán García, Carlos Espinosa Linares y Mirko Galarza Senio serán juzgados por comercio de estupefacientes y explotación económica de la prostitución ajena.
Por último, irán a debate tres mujeres que, por su edad y por ser las más antiguas en la zona roja, son conocidas como las Viejas. Se trata de Celia Benítez, conocida como la Negra o la Misionera; Paola Barraza, alias Tormenta; y Celia Giménez, quienes fueron procesadas por explotación económica de la prostitución ajena. Mientras tanto, continúa la pesquisa en virtud de esclarecer quiénes fueron los autores del femicidio.
Costas de Berisso
Johana fue vista por última vez el 26 de julio de 2017, cuando salió de su casa, donde vivía con su madre y su pequeña hija, con la promesa que regresaría a las 20:30 de ese día, lo que nunca ocurrió.
Casi dos meses antes de desaparecer, se había separado del padre de la niña, había regresado al domicilio de su progenitora, Marta, y los problemas económicos la habían puesto en situación de prostitución.
La última imagen suya fue tomada por una cámara de seguridad de una estación de servicio situada en 1 y 63, en la que se la ve entrando a un baño ese mismo día, poco después de salir de su hogar. Sus restos mutilados fueron hallados en las costas de Berisso en agosto de 2018, aunque no fueron identificados como suyos hasta el 2019.
Los ocho imputados formaban parte de una organización criminal que operó en la zona roja entre 2016 y 2017, en perjuicio de mujeres que ejercían la prostitución callejera, entre las que se encontraba Ramallo.
Las fiscales dieron por acreditado que los miembros de la asociación ilícita consiguieron la disposición de las víctimas a partir del suministro de estupefacientes y el aprovechamiento de las condiciones de vulnerabilidad que presentaban.
En ese marco, un grupo de hombres conocidos como los 8/40 (apodo común de los proxenetas, que proviene del número del edicto policial que reprimía el proxenetismo), bajo la excusa de “cuidarlas”, vigilaban y controlaban a las mujeres, a quienes captaban y recibían previamente, y luego les retenían el dinero obtenido mediante la prostitución, además de obtener un lucro con el comercio de droga. Mientras que las Viejas recorrían el territorio y les cobraban a las víctimas por las “paradas”, luego de ejercer violencia e intimidarlas.
Por último, un tercer grupo proveía a las mujeres de estupefacientes, como método de control, ya que querían aprovecharse de sus adicciones y de la generación de deudas por las drogas consumidas. Luego las cobraban de las ganancias obtenidas por la situación de prostitución.
De acuerdo a los investigadores, la explotación sexual y la venta de drogas crearon el escenario propicio para que la joven desapareciera.