Máximo Thomsen y un nuevo revés: “Le pegó no sé cuántas patadas y la última lo mató”

Un amigo del rugbier detenido junto a otros siete en Romero contó en un audio el accionar criminal de los deportistas, que mataron a golpes a un joven de 18 años.

A más de siete meses del brutal crimen de Fernando Baéz Sosa, el joven de 18 años asesinado a patadas en la puerta de un boliche de Villa Gesell, la causa incorporó en las últimas horas un nuevo dato que implica todavía más a Máximo Thomsen (20), uno de los ocho detenidos que tiene el hecho, y que está encarcelado junto al resto en la Alcaidía Nº3 de Melchor Romero.

Se trata de un audio de WhatsApp de un muchacho identificado como “Juani Neme”, uno de los amigos de los rugbiers, en el que se escucha: “Le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza, la última lo mató”. Ahora, a raíz de esta nueva prueba, tanto esta persona como otras cuatro serán llamadas a declarar como testigos y por videoconferencia.

Neme integraba un chat grupal en el que estaban, entre otros, Thomsen,“Aldi C”, “Alejo A” y “Dory”, quien sería novia de Juan Pedro Guarino, uno de los imputados.

“Te juro que estoy acá con los pibes y no lo podemos creer. Estoy re shockeado, me quiero morir”, dijo y agregó: “Estaban en
(el boliche) Le Brique y un chabón se le hizo el lindo, no sé si el que murió, pero uno de ese grupo”, ha­ciendo referencia a la pelea que se desató dentro de la discoteca entre los deportistas y Fernando.

“Se le hizo el lindo a ‘Chano’ Pertossi, no sé si lo conocés. Se pelearon ahí, los sacaron del boliche. Como estaba Gendarmería ahí no hicieron nada, pero cuando se fueron se empezaron a cagar a palos de nuevo y me dijeron que Enzo (Comelli, otro imputado) lo tiró al piso al chabón (la víctima fatal) y ‘Machu’ (Thomsen) le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató”.

Pericia scopométrica

En el audio, se puede oír también que “la Policía enganchó a ‘Machu’ cuando se estaban cagando a palos y salió corriendo, entró a la casa (que alquilaban en Gesell) y supuestamente lo ficharon. Al otro día cayó la cana, les revisaron toda la casa y me parece que encontraron un porro, o sea, peor”.

Si bien el testimonio es importante de por sí, ya las pericias habían complicado a Thomsen, dado que el resultado del estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata determinó que la patada que le quitó la vida a Báez Sosa fue efectuada por una zapatilla, manchada de sangre, incautada en la vivienda donde se alojaban los rugbiers. Y la misma pertenecía al joven de 20 años.

Tanto él como sus siete compañeros de cacería están imputados por “homicidio agravado por alevosía”, que prevé penas de prisión perpetua.

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