Los despojaron de sus pertenencias en cuestión de segundos. Los vecinos denunciaron que la “zona está liberada” y dijeron que “la Policía trabaja junto a los delincuentes”.
Con la absoluta y necesaria complicidad de los agentes policiales de la ciudad de La Plata, en las últimas horas se vivió un dramático asalto callejero, protagonizado por dos motochorros y que tuvo como víctimas a una madre y a su hijo, que caminaban por la zona del cementerio.
Fuentes oficiales le informaron en las últimas horas a Trama Urbana que el suceso (otro más en las calles de la región, afectada por una brutal ola de inseguridad) se materializó la noche del jueves en el cruce de la avenida 137 y la calle 70. Por allí circulaban los damnificados cuando fueron abordados por dos salvajes a bordo de un ciclomotor de 110 cilindradas.
Tras interceptarlos, pronto les hicieron saber las intenciones y los amenazaron, a la vez que les pedían las pertenencias que llevaban encima. La mujer pretendió escapar, pero no llegó demasiado lejos y pronto debió entregarle todo a los maleantes, al igual que su hijo. Este, desesperado y a merced de los intrusos, en un momento dado alzó los brazos, acción que quedó registrada en una cámara de seguridad que captó la trágica escena.
Ya con el atraco consumado, la madre se acercó al menor y lo abrazó, ya que se hallaba visiblemente conmocionado.
Otro ataque a metros
En tanto, los implicados escaparon a toda velocidad con rumbo incierto y hasta el cierre de esta edición nada se sabía de ellos, por lo que permanecían en la clandestinidad. Los agentes consultados por este multimedio detallaron que los ladrones serían los mismos que atacaron a un hombre de 35 años la noche del miércoles a metros de allí (135 y 76), y le quitaron una moto Mondial de 110 cilindradas.
“Todo esto es orquestado por la propia Policía, son ellos los que liberan las zonas de toda la ciudad para darle vía suelta a los delincuentes”, denunció un vecino de la zona.
Y amplió: “Te das cuenta que trabajan en connivencia con los cacos porque cuando llamás durante un robo, no te atienden, lo hacen cuarenta minutos después y nunca mandan a ningún patrullero, o lo mandan cuando ya es tarde y es sabido que no van a encontrar a nadie. Se hace muy difícil vivir así, cuando quien tiene que cuidarte en realidad defiende a los malvivientes”.